La firma del instrumento puso fin a casi 4 años de conflicto armado entre las dos naciones y cerró el último episodio de la Segunda Guerra Mundial, que dejó como saldo 60 millones de víctimas, más de la mitad de ellas civiles y estableció las bases para el surgimiento de las instituciones que dieron forma al sistema internacional contemporáneo.
Los representantes del Imperio de Japón firmaron el Acta de su Rendición en la Segunda Guerra Mundial en la Bahía de Tokio a bordo del URSS Missouri (uno de los buques de la flota estadounidense), en una ceremonia que duró menos de media hora y fue transmitida a todo el mundo. El acuerdo manifestaba conformidad con las cláusulas establecidas por Estados Unidos, China y Gran Bretaña en Postdam el 26 de julio y a posteriori suscrita también por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Durante este conflicto tuvieron lugar los primeros y únicos ataques con bombas nucleares de la historia, cuando los bombarderos norteamericanos dejaron caer sendas bombas sobre las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki.
Las diversas ceremonias realizadas para recordar el armisticio, tuvieron como espíritu la reflexión sobre los acontecimientos pasados, con el objetivo de evitar reiterar estos tristes acontecimientos.