Mantener los hábitos diarios, administrar el tiempo, aprovechar los espacios para compartir, no sobreexponerse a la noticias, son solo algunas de las recomendaciones y consejos para llevar este tiempo distinto, en casa. Ofrecemos aquí una guía especialmente preparada por el cuerpo de docentes y profesionales que integran la Facultad de Psicología para acompañar a nuestra comunidad.
1) Es muy importante generar una rutina que implique mantener los horarios de sueño habituales.
- Mantener los hábitos diarios. Sostener el orden, y la estructura nos brinda un sentimiento de seguridad (es algo previsible).
- Vestirnos: Que estemos en casa no significa que debamos estar con la ropa de dormir todo el día, por el contrario, tratemos de estar con ropa cómoda pero que no sea la que utilizamos para dormir.
- Generar diferencias entre un día de semana de los del fin de semana.
2) Estar informado razonablemente requiere no sobreexponerse a noticias. Se deben consultar, en determinados momentos del día, fuentes confiables de entidades públicas, gobiernos, organismos multinacionales o instituciones científicas.
- Evitar consultar a la mañana temprano o antes de dormir (si se registra estado de angustia).
3) Administrar el tiempo es una forma de mantener controladas nuestras ansiedades.
- Aprender algo nuevo: existen cursos gratuitos en internet sobre diferentes temáticas. Sería importante animarse a aprender algo que estaba pendiente.
- Promover juegos individuales, en pareja y/o en familia, tocar un instrumento musical, escuchar música, deporte para espacios reducidos, gimnasia, ver películas.
- Realizar listas con actividades pendientes y tacharlas a medida que las finalizamos.
- Hacer arreglos y/o limpieza de la casa: pintura, carpintería, placares desordenados, bauleras, aquellos arreglos o tareas que siempre quedaron pendientes.
- Tratar de aprovechar al máximo la luz del día, (estar al aire libre, tomar sol).
- Dejar tiempo para el aburrimiento.
- Es importante que en la rutina incluyamos un “poco” de todo, desde juegos sencillos y divertidos, algo de movimiento físico, hasta algunas actividades que impliquen el desarrollo intelectual.
4) Mantener activas las redes sociales pero no saturarnos.
- Se deben buscar momentos específicos, que no sea permanente.
- Limitar la Info en los chats, para no sobrecargarnos. Muchas noticias son falsas y
generan ansiedades. Nuestro aparato mental no puede administrar infinita comunicación, noticias de todo tipo y todo el tiempo.
5) La pandemia genera miedos e incertidumbre. Esto nos hace más irritables, sensibles y nos conduce a estados de mayor vulnerabilidad y angustia. El aislamiento y encierro pueden resultar altamente estresantes y son un desafío para la convivencia.
- Se requiere potenciar nuestra adaptabilidad y tolerancia, con uno mismo y con el “otro”.
- El humor “sano” (constructivo) nos carga de energía positiva.
6) Si tienes hijos menores explicar lo que sucede de la manera más sencilla posible. Siempre con la verdad. Poder canalizar dudas y miedos. Explicar la causa del aislamiento, y que esto en algún momento finalizará y volveremos a nuestras actividades normales.
- Se trata de un virus peligroso porque se contagia con facilidad, y por lo tanto debemos protegernos de él, por eso necesitamos estar en casa. El virus se traslada con el movimiento de las personas, por eso no podemos entrar en contacto y tampoco podemos saludarnos como antes.
- Decirles cuáles son los síntomas más frecuentes: fiebre, tos y sensación de falta de aire y contarles que la mayoría de los casos se recuperan, pero los mayores son los que más deben cuidarse de este virus.
- También decirles que hay muchos profesionales de la salud que están atendiendo a las personas enfermas y buscando una vacuna contra el virus.
7) Es el momento oportuno para transmitirles medidas de higiene básicas como lavarse las manos frecuentemente para prevenir el virus.
- Podemos enseñarles bien cómo lavarse las manos, por ejemplo, cantando una canción que dure el tiempo necesario para un buen lavado, según las recomendaciones médicas.
- Explicarles que al toser o estornudar cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo descartable que tiramos a la basura.
- Evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca.
- Evitar el contacto físico con otros niños o u otras personas, aunque se desee jugar o tocar a la otra persona. Esto será solo por un tiempo corto, luego se podrá volver a jugar con amigos.
- Aunque no nos demos cuenta, los niños siempre nos están mirando y aprendiendo, demos un ejemplo de medidas preventivas de higiene, de salud y de calma.
- Puede ser que los niños hagan preguntas o tengan dudas y no tengamos respuestas. Por ende, ser sinceros y decirles que vamos a pensar, averiguar o quizás podamos buscar juntos las respuestas
8) Si los niños piden jugar hacerlo verdaderamente, no juegues viendo tu celular, pues para ellos perciben que no estás comprometido en su juego.
- Es importante que haya momentos para el juego compartido y otros para que cada uno pueda hacer lo que le gusta o hacer tareas de la escuela o del trabajo.
- Preguntar por cómo marchan las tareas escolares y ayudarles con las que se puedan.
9) Si tienes hijos adolescentes tratá de aprovechar los espacios para compartir e
intercambiar ideas (por ejemplo las comidas). Aprovechar el momento para establecer “Puentes comunicativos” por ejemplo: ¿cómo viven sus amigos estos momentos?, ¿qué hacen?, ¿qué sienten?, ¿qué noticias nuevas han leído de la realidad?, ¿cómo podría mejorarse la situación actual?, ¿qué debieran hacer las autoridades? Permitirles imaginar, aportar, criticar, e involucrarse.
- También es un buen momento para desarrollar la empatía: ¿cómo te sentís con el encierro? ¿Cómo crees que pueden sentirse las personas en situaciones similares o más extremas aún?
- Reflexionar sobre los valores: ¿por qué crees que “guardarnos” (cuidarnos) es cuidar a los otros?
- Mostrar que el esfuerzo de todos los ciudadanos vale mucho, que la unión y comunión de un pueblo es el camino para el desarrollo y la solución de muchísimos problemas.
- Generar una mirada planetaria donde todos somos uno y formamos parte del nuestro medio ambiente.
10) Si tienes familiares que no viven contigo es importante estar conectados mediante
skype, una videollamada o vía telefónica evitando el aislamiento y la sensación de soledad.
11) Si hay personas mayores mantener distancia pues se encuentran en un estado de mayor
vulnerabilidad, pero jamás perder el contacto.
- El contacto debe ser breve pero con más frecuencia y que surja de uno mismo. Es probable que las personas mayores “no quieran molestar”.
- Si vives en un edificio y hay personas mayores ofréceles hacerles las compras en el supermercado o en la farmacia.
- Aparte de ayudarlos es una oportunidad para desarrollar actitudes de solidaridad y servicio. Ellos te lo van a agradecer y tu vida emocional se enriqueció por una acción concreta.
- La vida afectiva debe nutrirse de pequeñas acciones, concretas y que representen un mejor estar colectivo.
- Fortalecer los vínculos afectivos con los seres queridos y con la comunidad es un desafío en todos los momentos vitales, pero en períodos críticos como el actual afecta la supervivencia social.
12) Si estás solo procurar activar todos los contactos familiares y de amistad, además
de realizar algunas de las acciones que se han mencionado en puntos anteriores.
Si estás en pareja es recomendable, además de los puntos señalados, propiciar el diálogo, compartir más tiempo de disfrute y ocio, algo tan necesario y escaso habitualmente en casi todas las parejas.
Si sentís que estas demasiado nervioso o que no podes administrar la ansiedad pedir ayuda profesional.
Guía elaborada por la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Santa Fe, Ciudad de Santa Fe, marzo de 2020