Participación y Experiencia en la COP25 de Madrid

Francisco Tomatis (24). Argentino. Lic. en Ciencias Ambientales (UCSF). Becario Fundación Carolina. Estudiante del Máster en Tecnologías Avanzadas para el Desarrollo Agroforestal (UVA-Campus Palencia).

La “Cumbre del Clima” o “Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático” (COP25) que tenía previsto celebrarse en Chile durante el mes de Diciembre de 2019 se terminó mudando al salón IFEMA de Madrid debido a la situación socio-política que atraviesa el país andino. Chile decidió renunciar a ser la sede oficial pero no así a la presidencia en esta COP. Es por ello, que finalmente del 2 al 13 de Diciembre se llevó adelante la “COP25 Chile” en Madrid bajo el lema #TiempoDeActuar y con el objetivo de que los países presenten contribuciones en la lucha contra el cambio climático en el marco del Acuerdo de París.

De ante mano, esta Cumbre resultaba clave para lograr un cambio de timón a nuestra realidad y especialmente a nuestro futuro antes de que sea demasiado tarde. Teniendo en cuenta la preocupante y crítica situación climática (acostumbrémonos a llamarla “emergencia climática”) que estamos atravesando ante el desafío mundial de que nuestro planeta no aumente su temperatura media por encima de los 1,5°C, los esfuerzos logrados hasta el momento no resultan suficientes.

La enorme cantidad de exposiciones que tuvieron lugar en los salones de la COP (tanto en la Zona Azul como la Zona Verde) han permitido seguir visibilizando el problema de cambio climático en diferentes puntos del mundo, demostrando sus consecuencias catastróficas como también los esfuerzos que se viene realizando tanto en materia de mitigación como de adaptación por parte de los diversos sectores. Esto resulta sumamente enriquecedor en cuanto al intercambio de experiencias que puede darse entre pares, pero no parece haber sido suficiente para efectivizar compromisos y medidas urgentes en los documentes finales de la COP25 a cargo de los gobiernos y de la presidencia de dicha Cumbre. Ni siquiera bastó la enorme manifestación de medio millón de personas por las calles de Madrid exigiendo a los gobiernos cambios verdaderos.

Como se ha mencionado, los documentos finales de esta COP25 a cargo de los intereses (y presiones) gubernamentales, la sitúan entre una conferencia más, es decir, intrascendente y con prácticamente escasa ambición en querer lograr de modo urgente los cambios que se necesitan para una transición socio-ecológica que tanto la sociedad (especialmente los jóvenes) y la ciencia exigen. Por tanto, el lema #TiempoDeActuar ha quedado lamentablemente sólo en un hashtag, derivándose la mayoría de decisiones y acciones determinantes a cargo de los gobiernos para la COP26 a celebrarse en Glasgow durante el 2020.

Sin embargo, a pesar de que las decisiones finales de esta Cubre dejan mucho que desear, en lo personal no ha sido una COP más. Todo lo contrario. Poder presenciar este evento mundial por primera vez en mi vida, sin duda que quedará en mi memoria.

Comentando mi experiencia, allí dentro he permanecido varios días en la Zona Azul de la COP25 (espacio exclusivo administrado por las Naciones Unidas destinado a gobiernos, científicos, empresas y organizaciones más importantes en materia de cambio climático a nivel mundial para que intercambien constantemente experiencias, información y generen alianzas) como miembro de la Red Argentina de Municipios frente a Cambio Climático (RAMCC). Dentro de la Zona Azul llama mucho la atención la cantidad de stands que hay con constante exposiciones técnicas, gente de todo el mundo a las vueltas, sumado a la presencia de periodistas que prácticamente están corriendo por tener las primicias de la Cumbre.

Mi vínculo con la RAMCC (Web: http://www.ramcc.net/es) ha sido por medio de la realización, como técnico responsable, del “Inventario de Gases de Efecto Invernadero” y el “Plan de Acción Climática” de mi ciudad natal: San Justo, Santa Fe, Argentina durante el 2019. Dichos documentos, convalidados a nivel internacional, han permitido posicionar a la ciudad dentro de las primeras localidades argentinas en contar con esta metodología de actuación. Dentro de la COP, cabe resaltar que la RAMCC ha recibido un reconocimiento del Fondo Verde del Clima (GCF) junto a otras 5 organizaciones internacionales por su trayectoria en la coordinación y promoción de políticas públicas climáticas a nivel municipal. Además, la RAMCC ha sido invitada a participar en diversos paneles de la COP25 a modo de comentar y compartir su exitosa experiencia en Argentina.

Luego, a partir de mi beca de estudios mediante Fundación Carolina (Web: https://www.fundacioncarolina.es/ ) y el interés de esta organización en comprometerse en la lucha frente al cambio climático, he sido seleccionado para participar de la mesa redonda “Cambio Climático y Transición Ecológica en Iberoamérica: El papel de la educación superior”, panel celebrado el lunes 9 de diciembre en la Zona Verde de la COP25 (zona ideada para que sociedad pueda expresarse de forma interactiva, participativa e inclusiva).

En el panel “Cambio Climático y Transición Ecológica en Iberoamérica: El papel de la educación superior” organizada por Fundación Carolina se reflexionó en torno al papel que juega la educación superior en Iberoamérica a través de la movilidad académica internacional, para hacer frente a los problemas que plantea el Cambio Climático. Moderado por José Antonio Sanahuja, director de Fundación Carolina, he presenciado el panel con la participación de Irene de Bustamante, profesora y exdirectora del Máster Universitario en Hidrología y Recursos Hídricos de la Universidad de Alcalá de Henares, Moisés Guerra, doctorando en Tecnología de las Comunicaciones, Bioingeniería y Energías Renovables de la Universidad Pública de Navarra y Lorraine Vianna, estudiante del Máster Universitario en Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Madrid.

En dicha exposición, en el ámbito de educación y desarrollo me ha parecido pertinente resaltar el rol de la Cooperación Internacional española, que, por medio de becas de estudios, realiza un aporte directo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y colaboración hacia el lema “no dejar a nadie atrás” mediante ayudas educativas hacia países en vías de desarrollo.

Con respeto a esta emergencia climática, he mencionado que las consecuencias del cambio climático las vivimos día a día y estamos en una situación sumamente delicada y crítica: “el futuro llegó hace rato”. Dada la urgencia y necesidad, nuestro futuro depende de nuestro actuar cotidiano, de impulsar cambios que nos trasladen hacia una revolución socio-ambiental y de exigir a los tomadores de decisiones soluciones verdes, reales y urgentes. No hay tiempo que esperar. Para ello, “la educación debe ser el nexo entre sociedad y los gobiernos para lograr un mundo sostenible».

A modo de resumen, si bien los resultados oficiales de la COP25 no han sido los esperados, en lo personal me llevo una cuota de esperanza basada en que la transición ambiental se dará cada vez con mayor impulso ya que es el único camino que persigue la sociedad y la ciencia. De momento, “que la inacción de muchos no sea la inacción de cada uno”. Aún hay muchas cosas por hacer y debemos unirnos por esta lucha ecológica, justa y necesaria.

Link del panel: https://www.youtube.com/watch?v=U8bOYKV5WAY&t=3s

Link conclusiones personales: https://www.youtube.com/watch?v=0sWtEZoi_cc

Foto 1. Zona Azul COP25.

Foto 2. Panel “Cambio Climático y Transición Ecológica en Iberoamérica: El papel de la educación superior”.

 



IEHDS Instituto de Ecología Humana y Desarrollo Sustentable