Los 195 países reunidos en la capital francesa aprobaron este sábado un acuerdo final que se espera podrá entrar en vigor a comienzos de 2016.
El texto, que se logró después de dos semanas de negociaciones dentro de la reunión del clima, ahora deberá ser ratificado por 55 países que representen al menos 55% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Este es el primer acuerdo en el que tanto naciones desarrolladas como países en desarrollo se comprometen a gestionar la transición hacia una economía baja en carbono.
Establece el objetivo de lograr que el aumento de las temperaturas se mantenga bastante por debajo de los dos grados centígrados y compromete a los firmantes a “realizar esfuerzos” para limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados en comparación con la era pre-industrial.
También prevé la actualización cada cinco años de las contribuciones nacionales en materia de reducción de emisiones de gas de efecto invernadero (GES), responsables del calentamiento del planeta. Esas contribuciones solo podrán ser corregidas en alza, nunca reducirse.
Un proyecto de decisión adjunto al acuerdo estipula asimismo que los 100.000 millones de dólares anuales de ayuda a los países en desarrollo (prometidos en 2009 por las naciones ricas para 2020) serán un “piso” para después de 2020.