A modo de cierre de este año tan particular, ayer martes se celebró la Misa de Fin de Año. Junto al agradecimiento por el trabajo y esfuerzo de todos y cada uno de quienes formamos la comunidad de la UCSF; de manera especial, rezamos por aquellos seres queridos y cercanos a la familia de la Universidad que han sido llamados a la Casa del Padre.
Por las restricciones propias de la pandemia, un grupo reducido fue el que de manera simbólica hizo presente a toda la comunidad e integrantes de cada una de las sedes. Así, participaron autoridades del Directorio, Rectorado y Unidades Académicas, docentes, alumnos y personal administrativo y de mantenimiento y representantes de APUC y ADUCSF.
Durante la homilía, el ViceCanciller, Pbro. Lic. Ernesto Agüera expresó: “Seriedad y alegría, es lo que les pido pues en el encarar nuestras actividades en el 2021. Un profundo agradecimiento de mi parte y de parte del Arzobispo Fenoy vayan para todos ustedes por el esfuerzo y empeño, casi diría por la conversión, personal y comunitaria, que supuso, y supone aún, trabajar en pandemia.
El Espíritu Santo nos mueve a mirar con alegría nuestras tareas y a encarar con seriedad nuestro servicio a los alu8mnos. Así como Cristo sirve hasta la muerte a una humanidad que no lo quiere recibir, así también nosotros sirvamos a nuestros alumnos aunque a veces, solo a veces, no nos quieran escuchar.
Qué bueno es preguntarme ¿por qué estoy en la Católica? Está bien ganarme el pan con mi trabajo, está bien progresar intelectualmente… pero no basta, hay más. Y ese más es el servicio a que el otro crezca, a pesar del límite de su libertad.”
Tras la celebración, y el marco del cierre del año, el Rector, Mgter. Lic. Eugenio Martín De Palma, ofreció su mensaje en el cual manifestó el agradecimiento por el esfuerzo que significó transitar este tiempo, en el cual la Universidad siguió creciendo y avanzando en sus proyectos, gracias al compromiso de cada uno de sus integrantes.
Compartimos a continuación el mensaje del Rector:
“Durante este tiempo de adviento a la espera de la Navidad, es propio de nosotros hacer un examen de conciencia del año que Dios nos ha regalado, prepararnos para la gracia de un nuevo año con la certeza de que “el hijo de Dios se ha hecho hombre y habitó entre nosotros”. Jn 1.14
Bajo estas premisas, este año 2020, a prima facie, podemos decir que no ha sido un año fácil, que estuvo cargado de adversidades e incertidumbres. No obstante, si repasamos reflexivamente sobre ellas mismas hemos de encontrar muchas oportunidades en donde la gracia de Dios se ha hecho presente. Pues, para nosotros, personas de fe, Dios siempre está.
Si me lo permiten repasaré algunas, las principales, las que está lleno el corazón y por ello habla la boca.
En primer lugar, entiendo, hemos crecido como comunidad. Y, curiosamente, a pesar de estar aislados o físicamente distanciados, hemos estado muy unidos, todos tirando para el mismo lado. Ha sido un año en donde nos hemos apoyado unos con otros.
En lo personal estoy muy agradecido hacia las autoridades por este acompañamiento, en donde hemos compartido las decisiones y hemos sido inteligentes en la adversidad.
Estamos orgulloso del cuerpo docente que ha estado a la altura de las circunstancias.
Del personal de la universidad que siempre ha dicho presente, aquí en su puesto de trabajo o desde su computadora.
De nuestros estudiantes y sus familias que siguieron confiando en nosotros.
Hemos conformado un equipo de reflexión “Pensar hoy para el Futuro” teniendo una presencia en nuestra sociedad a través del pensamiento y el conocimiento.
Hemos investigado en casa abriendo la universidad para la casa común.
Hemos transitado la evaluación externa del proceso de evaluación institucional con la CONEAU.
Hemos virtualizado todo nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje.
Hemos consolidado nuestra presencia en las sedes.
Hemos puesto la mirada, en el futuro, anhelando la presencialidad y preparándonos con obras y espíritu cuando ello ocurra.
Hemos estado muy unidos en la oración y recordando a nuestros seres queridos que nos han dejado.
Hemos hecho carne el mensaje de nuestro pastor, monseñor Sergio Fenoy, de fortalecernos como comunidad y trabajar en equipo.
Todo lo demás, entiendo, se ha dado por añadidura.
Se cumple un año de gestión. Es tiempo de balance. Y este tiempo de adviento y la llegada de la Navidad y un nuevo año, lo hace propicio
Hago propias las palabras de Francisco en su última encíclica: Fratelli tutti, el cual nos dice:
Nadie puede pelear la vida aisladamente. […] Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! […] Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos». Punto 8.
Finalmente, mirando el pesebre, quiero agradecer a todos por su firme compromiso con la Universidad.
Gracias a todos y que la esperanza y felicidad colmen los hogares de todos ustedes y sus seres queridos en esta Navidad.
De mi parte nada más, y que María de Guadalupe, Patrona de esta Casa de Altos Estudios nos siga cuidando y protegiendo a cada uno de los miembros de esta comunidad UCSF y sus familias.”
Eugenio Martín De Palma
Rector UCSF