Queridos hermanos:
Con mucha alegría deseo comunicarles la fecha de mi Visita Pastoral, que será desde el día lunes 2 hasta el viernes 6 de septiembre.
La visita pastoral es un tiempo de gracia, y los invito a asumirla del mismo modo. Es una excelente oportunidad para encontrarnos y conocernos y para crecer en la mutua confianza. Es un espacio de encuentro para que me cuenten lo que han vivido en estos últimos años como Universidad, para contemplar juntos con asombro y agradecimiento, el paso de Dios en nuestra vida.
También quisiera que fuera un tiempo de discernimiento. A veces la llegada de una visita a nuestra casa, nos ayuda a mirar con nuevos ojos la realidad, a valorar lo que venimos haciendo y a descubrir los desafíos que tenemos por delante. Será una ocasión para rezar juntos y estar con el Señor. Él es la fuente inagotable de vida y frescura. Vamos a darle la oportunidad de que penetre con su fuerza en nuestros problemas, crisis, miedos y esperanzas.
El Papa Francisco nos dice que un “elemento típico de la educación es el de ser un movimiento de equipo. Nunca es la acción de una sola persona o institución. La Declaración conciliar Gravissimum educationis afirma que la escuela ‘constituye como un centro de cuya laboriosidad y de cuyos beneficios deben participar a un tiempo las familias, los maestros, las diversas asociaciones que promueven la vida cultural, cívica y religiosa, la sociedad civil y toda la comunidad humana’ (n. 5)… y la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiae, afirma que ‘la Universidad Católica persigue sus propios objetivos también mediante el esfuerzo por formar una comunidad auténticamente humana, animada por el espíritu de Cristo’ (n. 21). Por eso, y en el espíritu de estas palabras del Papa, los invito a que podamos elaborar juntos en esos días algunas propuestas pastorales para esa comunidad humana y cristiana, como sencillo fruto de nuestro encuentro. De esta manera, permitiremos al Espíritu de Dios que siga animando la vida de nuestra querida arquidiócesis. Invocando la protección de nuestra Madre de Guadalupe y de San José, me despido con un “hasta muy pronto”. Con mi afecto y bendición.
Mons. Sergio Alfredo Fenoy
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz
Santa Fe de la Vera Cruz, 20 de agosto de 2024
