El ex presidente se presentó ante las fuerzas federales y fue trasladado a la superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, donde se encuentra preso en virtud de la jurisprudencia brasileña, que habilita a los magistrados a privar de su libertad a los imputados cuando existe confirmación de la sentencia de culpabilidad en segunda instancia.
La semana pasada el líder del Partido dos Trabalhadores sufrió un revés judicial luego de que el Supremo Tribunal rechazara un recurso de Habeas Corpus presentado por su defensa, cuya petición era que se le permita transitar la totalidad del proceso en libertad. Es importante recordar que el sistema procesal brasileño contempla cuatro instancias para que una sentencia judicial quede firme. A la condena de Lula aún le quedan dos instancias para quedar firme.
Desde el momento en que se entregó, el PT y organizaciones afines han realizado numerosas manifestaciones a favor del ex mandatario a lo largo y ancho del país. Algunos simpatizantes, incluso acampan fuera de la sede donde se encuentra detenido, en una muestra de apoyo popular nunca antes vista en el vecino país.
Mientras tanto, el Supremo Tribunal, se apronta a revisar la jurisprudencia que permite la privación de la libertad a partir de la segunda instancia. Si el máximo órgano judicial resolviese cambiar su postura, Lula y un gran número de personas que aún no poseen sentencia firme, podrían quedar en libertad.