Horas después de que su condena haya sido ratificada y maximizada por un Tribunal de Segunda Instancia, Luis Ignacio da Silva presentó su candidatura a las elecciones presidenciales que se realizarán en Brasil a fines de 2018.
La figura más reconocida del Partido de los Trabajadores (PT) y quien fuera presidente del país vecino durante 8 años, está acusado de corrupción por usar un apartamento que era propiedad de una empresa que hacía negocios con su Gobierno, entre 2003 y 2010. La primer sentencia lo condenaba a 9 años de prisión, en tanto que ayer, se ratificó y añadieron 37 meses más a la misma.
Aunque Lula se mantenga como favorito en las encuestas, la rotundidad de la sentencia deja pocas posibilidades para que participe de los comicios. Si la defensa apela a los tribunales superiores podría seguir con su campaña electoral e inscribirse como candidato el 15 de agosto. A partir de esa fecha el Tribunal Superior Electoral (TSE) se encargaría del caso, pero advirtieron que con una condena por unanimidad en segunda instancia “sólo nos queda la opción de eliminar la candidatura”.
Durante su presentación, Lula aseguró que es el “la punta del iceberg” y que, después, “van a ir a por el Partido de los Trabajadores porque dicen que somos una ‘organización criminal’. Yo soy apenas el primer obstáculo”. Asimismo también denunció “un pacto entre los medios, el poder judicial y las instituciones” para poder entender “una condena sin pruebas” ”