La Organización de la Naciones Unidas y los municipalistas del mundo coinciden en que la lucha por el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 se ganará o se perderá en las comunidades y las ciudades, es decir, en territorios municipales.
Acercarse a los espacios locales, aceptando que tanto las jurisdicciones nacionales como las provinciales no poseen la totalidad de las herramientas para conquistar ese logro, presentará más y mejores oportunidades para afrontar los complejos y extendidos problemas que presentan nuestros países
Los espacios urbanos son la esfera de confluencia de procesos, ideas, personas y experiencias, lo que los posiciona como ámbitos de base para la creación y puesta en marcha de soluciones a los desafíos globales. A su vez, por su cercanía a los ciudadanos y por su vinculación directa con las necesidades de la población, se erigen como la primera trinchera para afrontarlas. Este contacto primario con las demandas sociales los convierte en actores ineludibles frente a la casi totalidad de los ODS establecidos en la Agenda 2030.
En América Latina, se estima que alrededor del 80% de la población vive en espacios urbanos. Ámbitos en los que se observó, de manera general, crecimiento económico y un mejoramiento en algunos indicadores de desarrollo humano. No obstante ello, este proceso sobrevino con un incremento en la desigualdad, falta de acceso y reducción de la calidad de los servicios básicos y contaminación ambiental, entre otros problemas que se detectan en los territorios locales.
En el caso de la Argentina la concentración de su población en sus espacios urbanos supera el 90%, presentando además significativas y variadas disparidades regionales. En este contexto, las dimensiones subnacionales y municipales cobran relevancia a la hora de diseñar e implementar las políticas públicas que apuntan al desarrollo integral de los territorios, de allí la importancia que adquieren las tareas de planificación como práctica del Estado en todos sus niveles.
En ese aspecto, los municipios argentinos poseen un alto potencial para generar intervenciones de política pública con un impacto directo sobre la calidad de vida de la ciudadanía, lo que los convierte en actores ineludibles frente al desafío de alcanzar los objetivos y metas propuestas para el año 2030.
En un país federal como la Argentina, resulta importante que estos objetivos reflejen a su vez las realidades locales ya que es de crucial importancia que los ODS puedan converger con las realidades subnacionales y locales mediante adecuados procesos de adaptación en esos niveles jurisdiccionales.
La elaboración e implementación de políticas urbanas que apunten a ciudades sostenibles, inclusivas, culturalmente diversas y participativas, en las que se promueva un crecimiento ordenado, distribuyendo los costos y beneficios del desarrollo urbano de manera equitativa, necesita de políticas integrales de hábitat y de planificación urbana.
Necesidad que exigirá la superación de las dificultades que generan las disputas y problemas de gestión y competencias que generalmente surgen entre las instancias nacionales, provinciales y municipales. Implicará además, reconocer la importancia de obtener un mejor posicionamiento de las estructuras de gobierno locales para el abordaje de una gran parte de las cuestiones que recoge la Resolución de la ONU.
En ese escenario, los variados y diversos frentes que se les presentan a los líderes locales y sus equipos de gobierno, van desde el crecimiento demográfico, la expansión urbana, la contaminación ambiental, el cambio climático y el estrés fiscal entre otros problemas que deberán ser enfrentados a través de intervenciones públicas de mayor calidad.
Trabajar para que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, como lo plantea el ODS Nro. 11 de la Agenda 2030, necesita, por otra parte, que se las conciba como construcciones colectivas de sus miembros.
Dichas jurisdicciones tendrán que asumir nuevas responsabilidades, incorporando otras funciones y competencias con la simultánea exigencia de una correlativa asignación de recursos a estas instancias de gestión. El rol que se espera de ellas para una efectiva puesta en marcha de la Agenda 2030 en la búsqueda de concretar sus ODS, es que asuman el desafío de reestructurar y mejorar las herramientas de gestión, incorporando formas de operación más eficientes, innovadoras y participativas.
Por Mgter. Lic. Eduardo N. Kinen, director del Instituto de Gobierno y Ciudadanía
Publicado en El Litoral https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/257741-objetivos-de-desarrollo-sostenible-los-gobiernos-locales-y-la-agenda-2030-por-mgter-lic-eduardo-n-kinen-opinion.html
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