Saber de qué se trata este fenómeno, cómo afecta a las empresas y cómo impulsar este cambio se ha convertido en un diferencial competitivo, para salir al paso de problemas tradicionales como la falta de eficiencia o la baja productividad.
La transformación digital consiste en aprovechar el desarrollo técnico y científico para optimizar los procesos empresariales, mejorar la gestión y ahorrar recursos valiosos como son el tiempo y el dinero.
Un primer síntoma de esta transformación es lo conocido como despapelización o papel cero, donde ya no se imprime. Lo que antes circulaba en papel, fluye ahora en formato digital y se adoptan sistemas de gestión basados en la nube.
No se trata de contar con las últimas tecnologías, sino optar por aquellas que se adapten a los procesos y tareas de cada organización y a las personas que las llevan adelante.
Es un hecho, la tecnología juega un papel central como motor de cambio en las organizaciones, aumentando la eficiencia, agilizando procesos, y mejorando resultados. A la par de una creciente toma de conciencia de este fenómeno se escucha hablar de “transformación digital”; ¿pero qué significa?
La transformación digital consiste en aprovechar el desarrollo técnico y científico para optimizar los procesos empresariales, mejorar la gestión y ahorrar recursos valiosos como son el tiempo y el dinero.
“Es una expresión que invita a las empresas a repensar sus modelos operativos y de negocios para incorporar las tecnologías de la información y la comunicación de forma tal que mejoren su desempeño, que le permitan a la empresa ofrecer un producto o un servicio innovador”, señala María Laura Caliusco, doctora en Ingeniería con Mención en Sistemas de Información por la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Santa Fe; y actual directora de la Especialización en Gestión de la Transformación Digital de la Universidad Católica de Santa Fe.
Saber de qué se trata este fenómeno, cómo afecta a las empresas y cómo impulsar este cambio se ha convertido en un diferencial competitivo, para salir al paso de problemas tradicionales como la falta de eficiencia o la baja productividad.
“Hay que tener en cuenta que es una transformación, es decir, que la empresa va a cambiar de alguna manera. Tiene que cambiar”, enfatizó. Sin embargo, aclara que “no es cuestión de incorporar las últimas tecnologías de la información y la comunicación, sino aquellas que le sirvan a la organización”,
Un proceso gradual
Se trata de incorporar tecnología y herramientas digitales en todos los aspectos de su funcionamiento y operaciones para mejorar la eficiencia, la agilidad y la competitividad. Un primer síntoma de esta transformación es lo conocido como despapelización o papel cero, donde ya no se imprime. Lo que antes circulaba en papel, fluye ahora en formato digital y se adoptan sistemas de gestión basados en la nube.
Caliusco señala que otro de los indicadores clave es la automatización de los procesos, a través de herramientas de software que reemplazan procesos manuales. A su vez, esta transformación paulatina se evidencia muchas veces en el uso de las plataformas digitales, los chats internos, las redes sociales o algunas aplicaciones móviles que ayudan a mejorar el funcionamiento de la organización.
En un modelo de negocio, la digitalización también apunta a analizar los datos obtenidos para conocer los cambios en las expectativas de los clientes, y mejorar la implementación de campañas de marketing digital.
“La transformación digital empieza por ahí, por incorporar tecnologías de a poco, paso a paso, comenzando por despapelizar. Es un proceso que lleva su tiempo y que no solo implica procesos y productos, sino a toda la organización, hablar con todas las personas que trabajan en ella”, destaca la docente e investigadora del CONICET.
Con y para las personas
Gestionar cambios tan significativos, que atraviesan todas las dimensiones de una organización, no es tarea sencilla. Optimizar procesos, adaptarse a las nuevas demandas y tendencias del mercado, requerirá cambios estructurales, pero también culturales. “Incorporar tecnología por sí sola no lleva a una transformación digital”, destaca la Dra. en Ingeniería.
Se trata de un proceso de cambio de toda la organización. Por este motivo, la Dra. Caliusco subraya que “cuando una empresa se plantea encarar un proceso de transformación digital y repensar los procesos, los nuevos productos o servicios que quiere llevar adelante con ella, tiene que hacer reuniones con las distintas personas afectadas dentro de la estructura, involucrarlas desde el momento cero”.
Esta perspectiva y este modo de proceder permiten salir al paso de posibles temores vinculados a que las tecnologías vienen a reemplazar a las personas. Si se va a planificar un cambio, las personas tienen que ser partícipes de ese cambio, estar involucradas en el proceso, porque quizás afecte a cómo hace las cosas o, en algunos casos, a las tareas que deben realizar.
“Yo veo las tecnologías como una herramienta de apoyo, para facilitar el trabajo de las personas, para que puedan llevar adelante más tareas, o para que puedan ejecutar más rápido la que ya tiene encomendada”, observa Caliusco, experta en semántica de datos, cuyo tema de investigación es Big Data e Internet de las Cosas para el desarrollo de Aplicaciones en la Industria 4.0.
“Los procesos van a ser más rápidos, con menos errores, optimizando la funcionalidad, y reduciendo quizás los desperdicios y los costos”, señala como algunos de los beneficios que puede suponer esta reforma tecnológica en las empresas e instituciones.
En la Católica
La Especialización posee una modalidad 100% virtual y sincrónica. Con duración de un año, está dirigida a graduados universitarios y de nivel superior, en carreras propias del campo de la Administración de Empresas Digitales, Negocios Digitales, Contador Público, Administración, Diseño Industrial y carreras afines.
Para mayor información, comunicarse por mail a posgrado@ucsf.edu.ar o esp.gestiondigital@ucsf.edu.ar