Resulta recurrente el cuestionamiento acerca de la tensa relación diplomática que sostienen Estados Unidos y Rusia en la actualidad, la cual contrasta con los hipotéticos escenarios que se esbozaban previo a la asunción de Donald John Trump como presidente norteamericano.
En ese entonces, el polémico magnate esbozaba, como propuesta electoral, la voluntad de mejorar los vínculos entre la potencia americana y el país euroasiático, los cuales habían sufrido un notable deterioro durante la gestión Obama, especialmente luego de la crisis ucraniana y la anexión rusa de la Península de Crimea en 2014.
Dentro de este panorama, restará observar las líneas de acción que propongan Estados Unidos y Rusia, en el futuro próximo, para prever un posible acercamiento o la permanencia de visiones enfrentadas.
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