Mediante convenios y articulaciones institucionales la Universidad Católica de Santa Fe favorece la movilidad docente y estudiantil para realizar instancias de investigación, masters y doctorados en Alemania.
Fomentar la cooperación y vinculación internacional constituye uno de desafíos del mundo universitario. Bajo esta perspectiva, Esteban Piva pasó cuatro meses en Heidelberg (Alemania) realizando una instancia de investigación en el Max Planck Institute de Derecho Internacional Público y Derecho Comparado. La experiencia del doctorando en Ciencia Jurídica es fruto del convenio entre en la Universidad Católica de Santa Fe y el Servicio de Intercambio Académico Católico, conocido como KAAD.
“Desde las distintas geografías y los distintos lugares donde vivimos podemos apreciar la realidad de forma muy diversa. Por eso creo que el intercambio cultural es tan importante para poder construir algo que realmente tenga la posibilidad, al menos, de funcionar”, señaló Esteban sobre los beneficios de esta experiencia de movilidad académica.
El KAAD es una institución de la Iglesia Católica Alemana que da becas a profesionales universitarios y académicos de países en vías de desarrollo de Latinoamérica, Asia, África, Próximo y Medio Oriente, así como Asia del Este y del Sur. Su objetivo es lograr el efecto multiplicador de los becarios en su país de origen, al finalizar el intercambio.
“El proceso de internacionalización se fortalece cada vez más en la UCSF, otorgando posibilidades a nuestros estudiantes, docentes, investigadores y graduados de vivir experiencias en el extranjero, estrechar lazos con instituciones y colegas de otros países”, destacó la responsable del área de Internacionalización, Dra. María Luisa Gutiérrez Peart.
El intercambio le permitió a Esteban profundizar en cuestiones específicas de la investigación académica y el mundo del Derecho, pero también enriquecerse con nuevos vínculos. “Yo compartía sala de estudios con personas de muchas partes del mundo, de distintos continentes. Esto te permite conocer cómo se trabaja en Europa, en otras partes de Latinoamérica, en Asia, cómo hacen sus doctorados allá. Es muy enriquecedor, y de esos grupos de investigación surgió un grupo de amigos”, compartió.
Revalorizar lo propio
Lejos del país, rodeado de otras costumbres y nuevas personas, son muchas las cosas que se extrañan, pero a la vez el estudio y la diaria convivencia permiten hacer nuevos amigos “que no sabes cuándo la vida te regalará la oportunidad de volver a verlos”, señala Piva. “Los intercambios más bellos, aun académicamente, se dan afuera de los ámbitos de trabajo, donde uno está más distendido, más relajado”, añadió el docente de la Facultad de Derecho y Ciencia Política.
En esas conversaciones amistosas donde salían a relucir las raíces de cada uno, y la cotidianeidad de sus países de origen, Piva compartía sencillamente la realidad argentina, atravesada por los índices de inflación, y la pobreza que grita desde las villas miseria, junto a tantas otras realidades locales. Para muchos era incomprensible cómo se puede vivir así, y aún más, cómo se puede desear volver a un país así.
Esteban comparte algo que fue descubriendo desde el otro lado del charco, con la perspectiva adecuada: “El argentino, o el latinoamericano en general, a pesar de todas las cosas adversas que le toca atravesar, sobrevive porque aprende a restarle importancia a cuestiones como la economía o la política, que no dejan de marcar su día a día, pero empieza a encontrar otras cosas que hacen que sea posible, y no solo posible, sino que sea agradable el vivir día a día acá”.
Refiriéndose puntualmente al sentido comunitario que tiene nuestro pueblo, y a la llamativa pérdida de las reuniones familiares en Europa, comentó: “Uno descubre tantas cosas tan bellas que tenemos acá y que justamente porque nuestra economía o nuestra política no va bien, aprendemos a valorarlas mucho más porque son las que hacen realmente agradable vivir la vida”.
Una puerta abierta
El convenio entre la UCSF y el KAAD (Katholischer Akademischer Ausländer-Dienst) data del año 2015, y desde entonces se potenció la movilidad con el país germano. El primer becado fue el Dr. Sergio Kosik, abogado; luego fue la Lic. Luz Leegstra, psicóloga, quien quedó contratada trabajando para Heidelberg, en Frankfurt. También, reside actualmente en Alemania la Lic. en Nutrición Virginia Borga, que en noviembre recibe el título del master en Salud Global por la Universidad de Heidelberg.
El Padre Sergio Götte fue becado en Friburgo, donde su doctorado sobre muerte cerebral ha sido premiado con la máxima nota que se otorga para doctorados en Alemania, y fue elegida como la mejor tesis doctoral del país en el 2020 por Erasmus.
Para acceder a una beca del KAAD hay dos instancias cada año, en junio y en diciembre. Quien desee postularse debe tener claro dónde quiere estudiar, haber elegido un programa en Alemania, presentar el currículum y llenar un formulario, junto a una carta de recomendación de la Iglesia y dos cartas académicas de profesores, más el certificado de idioma inglés o alemán, dado el caso. Las postulaciones se hacen a través del área de Internacionalización Universitaria de la UCSF, al mail internacional@ucsf.edu.ar.
La Dra. Gutiérrez Peart resalta cómo impactan estas experiencias: “A su regreso, estos académicos son actores clave para la promoción de acciones de internacionalización en casa y del curriculum, esenciales para la formación profesional de futuros graduados como ciudadanos del mundo, con la mirada puesta en lo local y, además, en lo global”.
Trabajar localmente
Con su tesis doctoral, Piva busca “brindar un enfoque de ecología integral a la interpretación que damos, al menos en Occidente, a este derecho humano. También como un paraguas para una realización integral de todos los derechos económicos, sociales y culturales que tristemente la realidad nos muestra que son sistemáticamente violados”, explicó.
La doctrina jurídica lleva 40 o 50 años intentando desentrañar qué significa “adecuado” y no hay una respuesta uniforme. La interpretación en general que se le ha dado en Occidente es un modo de vida occidental moderno, estadounidense o europeo, con altos, o muy altos niveles de consumo.
“Más allá de que muchas veces en los países del sur global no podemos alcanzar ese nivel de vida, lo tenemos igual como ideal e intentamos copiarlo. Eso está trayendo consecuencias sociales y ambientales, ecológicas, muy negativas”, advirtió el doctorando.
Luego de la experiencia internacional, Piva no duda en señalar que “necesitamos claramente un cambio de paradigma, empezando por trabajar localmente. Es sano trabajar sobre las construcciones locales de nuevos modos de vida”.
Nota publicada en El Litoral