El equipo de arquitectos, integrado por el Mgter. Carlos Gustavo Giobando, decano de la Facultad de Arquitectura de nuestra Universidad, fue el ganador del “Concurso Nacional de Ideas Granja La Esmeralda – Centro de Recepción, Rehabilitación y Liberación Animales Silvestres”.
El objetivo del certamen, organizado por el Gobierno de Santa Fe y el Colegio de Arquitectos Distrito 1, es dar nuevas respuestas en ese espacio de rescate de la fauna local, que permitan crear vínculos renovados entre la comunidad administrativa, científica y ciudadana, adaptándose a las nuevas coyunturas que la actividad atraviesa.
La idea que resultó en primer lugar es la desarrollada por los arquitectos: Carlos Gustavo Giobando, María Josefina Giobando y Maximiliano Rodrigo García, con la asesoría de la Ing. Fabiana Rotondi, y el Lic. Juan Manuel Bullo.
“La Granja La Esmeralda, junto al Jardín Botánico y el futuro Parque Norte -proyectado por el municipio-, constituyen el corazón verde de la ciudad. Por lo tanto, este proyecto tiene un destino muy específico: el de generar una nueva propuesta de organización de todo el predio” comenzó explicando, el Mgter. Carlos Gustavo Giobando.
El certamen proponía dos niveles para el desarrollo de las ideas: el primero, a escala de master plan que oriente el uso del suelo y las vinculaciones entre las tres áreas principales (faunística, educativa-recreativa y espacios administrativos ministeriales) contemplando las relaciones con el entorno urbano; el segundo, a escala de propuesta arquitectónica y paisajística orientada a resolver las funciones específicas de la Granja (Centro de Rescate, Investigación y Rehabilitación de Fauna Silvestre).
Una de las particularidades que se planteaba en las bases del concurso, es que se debían conservar los árboles principales y los estanques; todo lo demás era prescindible y factible de ser renovado.
“La Granja es, principalmente, un centro de recuperación de animales de vida silvestre y que, por circunstancias como la caza o el comercio ilegal, son derivados a este lugar donde se los trata y se les da todos los cuidados necesarios para reinsertarlos en su hábitat natural. A veces eso no es posible y se los traslada a un sector especial donde se hace investigación y reproducción, o pasan a un área educativa donde se realizan exposiciones con fines educativos. Esa es la parte más visible de la Granja, lo que hace que muchas personas consideren este lugar como un zoológico”, puntualizó el decano de Arquitectura.
Precisamente sobre el rol educativo que tiene la Granja, Giobando mencionó que “esto está jerarquizado en las bases del concurso y nosotros mismos le hemos dado una importancia central, pero con un criterio totalmente nuevo: orientado a lo que son hoy las formas actuales de exposición de los animales, tratando de reproducir ambientes naturales, prescindiendo del uso de las jaulas y los animales allí encerrados”.
Refiriéndose al rol urbano del predio, los arquitectos ganadores explicaron que para su proyecto observaron que la norma urbana actual de la ciudad prevé una serie de corredores llamados “cordones verdes”, que tienen un sentido norte-sur, siguiendo las estructuras de las avenidas. En su propuesta, prevén complementarlos con los corredores de Este a Oeste.
Para el masterplan del proyecto el equipo trabajó sobre tres grandes áreas: “en el sector norte del predio, sobre calle Carlos Leumann, ubicamos el área de Espacio Público; hacia el centro del predio, un área educativa, donde están los animales exhibidos en su entorno natural y hacia el sur, el sector de investigación y rehabilitación, que contiene edificios para estos usos, como un parque veterinario, los edificios de logística y servicios, el centro de rescate y todas las áreas técnicas donde se llevan a cabo estas funciones específicas de la Granja” detalló la Arq. María Josefina Giobando.
La Clave: los Corredores Ecológicos
Una parte importante del proyecto es la que tiene que ver con el entorno de la Granja, como los barrios y Avenida Gorriti. A este respecto, Josefina Giobando aclaró que la conexión entre la Granja y el Parque Norte está prevista a través de corredores ecológicos, un área verde que va a vincular estos dos grandes espacios. “Cuando hablamos de corredores ecológicos, nos referimos a sectores que deben vincular a los ambientes naturales que rodean a la ciudad. En este caso, el desafío es vincular el ambiente de la Laguna Setúbal con el del Río Salado”.
Está claro que, a simple vista, Avenida Gorriti no da la sensación de ser un corredor ecológico, por ser una gran extensión de pavimento, Entonces, ¿cómo lograr ese vínculo?
Durante 2016, los arquitectos Josefina y Maximiliano estuvieron capacitándose en España, de donde trajeron ideas muy interesantes: “una de ellas tiene que ver con la conectividad ecológica a través de las canopias, es decir, de las copas de los árboles. Esto se da a un nivel más alto que el peatonal y permite que a través de las copas de los árboles se conecten y se vayan desplazando insectos, aves, etc., desde el ente y todo el sector del Río Paraná hacia el Oeste”, especificó Josefina.
Otro aporte que fue reconocido por el jurado, es la factibilidad que tiene el trabajo ganador. “Esto tiene que ver con que nosotros siempre consideramos al arquitecto como un administrador de recursos, es decir, alguien que con sus proyectos, decide sobre cuestiones que tienen que ver con la economía y con los recursos que se aplican a las obras. Y en este caso, que es una obra pública, hay que ser especialmente cuidadoso con la administración del recurso a través del proyecto. Por eso, está pensado en etapas, la arquitectura es simple, robusta, noble y sin erogaciones desmedidas”, finalizó el Arq. Giobando.