La obra “Hiperión”, del DI Gonzalo Javier Savogin fue seleccionada para el 95º Salón de Mayo, del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez.
Esta obra -realizada por el Director de la carrera de Diseño Industrial de nuestra universidad, durante en 2012-, ganó el Premio adquisición “Esmeralda Rodríguez Galisteo de Pujato”.
Memoria descriptiva
El hombre y su anhelo de alejarse de la nada, el “ser-ahí”, la existencia por encima del tiempo hacia otra dimensión.
El teseracto, también llamado hipercubo, es la figura que forma un cubo o prisma rectangular que sale de las tres dimensiones desplazándose en un cuarto eje dimensional, expandiéndose, proyectándose. En este espacio tetradimensional el cuarto eje es el tiempo, por lo cual las dos formas prismáticas básicas no son más que la misma en dos tiempos y dos espacios, que coexisten solamente en dos dimensiones diferentes, cada una a su tiempo.
¿Qué ocurre entonces ante la nada, ante el dejar de existir repentino, temporal de una realidad en el espacio y el tiempo? ¿Singularidad, tal vez? Eso se evidencia en la ausencia de una arista en la figura exterior, donde espacio y tiempo se curvan, se funden, donde las dimensiones son más complejas y se alejan de los patrones normales, “correctos”, esperables, predecibles. Ante semejante falta de lógica, de matemática, de cuántica, se evidencia la presencia del hombre, del “ser-ahí”.
Hiperión fue en la mitología Griega el dios de la observación, que le permitió ser el primero en comprender el funcionamiento del universo.
La estructura de acero pulido refleja la existencia en las cuatro dimensiones, y el cuero, las fibras y los colores, flexibles, curvos, la ruptura espacio temporal y dimensional que causa la duda, lo visible, la pregunta ante la amenaza de la nada al “ser-ahí”. El lugar para el hombre, para sentarse a observar, aunque no se trate de Hiperión.