El fundador del Movimiento de Solidaridad de Akamasoa Argentina compartió su testimonio personal con los nuevos estudiantes de la Universidad Católica de Santa Fe.
“En este país, el 60% de los chicos termina el sexto grado de la escuela primaria en tiempo y forma y más del 70% de los menores de 17 años en Argentina son pobres”, con estas palabras Gastón Vigo Gasparotti destacó el privilegio, honor y responsabilidad que implica estudiar en la universidad.
A partir de la inspiración del padre Pedro Opeka, el joven Licenciado en Administración de Empresas y Doctor en Economía, Gastón Vigo Gasparotti lleva adelante la obra Akamasoa Argentina. Se trata de un movimiento solidario que busca erradicar la extrema pobreza a través de la nutrición, la estimulación, la educación, el trabajo y la disciplina.
En alusión a la situación socioeconómica del siglo XIX, “hoy estamos en el mejor tiempo de la humanidad que se haya conocido. Hoy solamente el 10% de la población mundial vive en la extrema pobreza. Es un número gigantesco, enorme, vergonzoso, pero habla de 5000 millones que salieron adelante. Hoy, 8 de cada 10 saben leer y escribir”, remarcó el Doctor en Economía.
Vigo Gasparotti trabaja desde hace años en la búsqueda y disposición de propuestas concretas para erradicar la pobreza y combatir la desnutrición infantil. A ejemplo del “apóstol de la basura”, el Padre Pedro Opeka, el joven se propuso acercar la obra de Akamasoa (África) a nuestro país. La misma ha logrado sacar a 500 mil personas de la miseria más inhumana, mediante los pilares del trabajo, la educación y la disciplina.
Ante la atenta mirada de los ingresantes 2023, el joven ecónomo destacó que hoy en día estudiar implica el mínimo compromiso de cambiar el metro cuadrado más cercano que se tenga: “No se trata de irse a África, si acá hacés dos metros y encontrás a alguien sufriendo”.
“Servir es incomodarse, es luchar. Opeka vio con horror niños peleando por comida en un basural y sin vergüenza se agachó, se puso en cuatro patas y se metió dentro de las casas subterráneas, se puso a trabajar, se hizo pequeño para hacerse grande”, destacó.
“A ustedes también les va a pasar incontables veces en la carrera universitaria. No van a tener ganas y van a creer que la carrera no es para ustedes. Rendir mal un examen no es un fracaso, abandonar lo que te apasiona, sí lo es. Las notas que se puedan sacar no van a hablar de ustedes. El tipo de profesional que sean, sí, porque somos lo que hacemos. Las palabras se van; las obras quedan para toda la vida”, afirmo Vigo Gasparotti.
“Más humanos que estudiantes”
El estudio es fundamental, pero implica voluntad, constancia y humildad. El joven fundador de la obra en Argentina destacó el gesto sencillo del rector de la UCSF, Eugenio Martín De Palma, al acercarse a los estudiantes para presentar a las autoridades de cada unidad académica.
“Cuando el día de mañana tengan que llevar adelante una organización o sean parte de una, hay tres cosas que nunca deben olvidar: en primer lugar, el sueño, es decir, la columna vertebral sin la que todo el resto se cae y te lleva a soportar cualquier adversidad. En segundo lugar, la pregunta por la circunstancia que puedo abrazar desde mi lugar e historia. Y, por último, las virtudes, que son los valores encarnados. Váyanse con las manos gastadas. No malgasten el tiempo. Busquen saber el nombre de cada miembro de su universidad, del que limpia y cocina, de sus docentes y sus compañeros. Pregúntense si el que viene de lejos hace algo el domingo: sean más humanos que estudiantes”, propuso Vigo.
Hoy no basta con la simple división entre pobres y ricos, desarrollados y subdesarrollados, héroes y villanos. La universidad, la pedagogía del sufrimiento y la disciplina son marco clave para comprender que hay que “ir como un perro de caza una y mil veces detrás de un objetivo, hacer todos los días lo que tenés que hacer, aunque no tengas ganas”, resaltó Vigo.
Propuesta integral en la UCSF
Para solucionar los problemas multicausales que subyacen a las situaciones de extrema pobreza se necesita un abordaje integral. “Quienes dirigen esta Casa de Estudios han pensado en la diversidad humana, en los talentos, en los sueños de cada uno. Hay que ser leal a uno mismo, es el mínimo acto revolucionario que pueden hacer. No estudien porque alguien se los ordena. Estudien y conozcan las materias imaginando de qué van a trabajar y si les encanta, continúen”, remarcó.
“Apuesten a pesar de las inquietudes e inseguridades emocionales que todo estudiante tiene: ‘vengo de afuera y no tengo como llenar la heladera; mis compañeros salen y yo no puedo; aquel no estudia nada y aprueba todo'”, aconsejó Vigo Gasparotti.
Avanzar en el trayecto universitario puede traer consigo un sentimiento de soledad o incomprensión, pero el secreto del éxito es la constancia del propósito. Cabe preguntarse: “¿Habré sido aquel que hizo lo poquito que pudo para que el mundo sea otro? ¿No es mejor vivir y morir con el alivio del intento?”, reflexionó a modo de cierre el fundador de Akamasoa Argentina.
Nota publicada en El Litoral
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