Francisco en Irak: otro hecho histórico de la Diplomacia Vaticana*

El “instituto complejo” que define la diplomacia vaticana, desborda el ámbito de lo espiritual y moral, llegando a englobar aspectos humanitarios, que por su naturaleza son públicamente universales.

De esta manera, hemos evidenciado la importancia y frutos de los esfuerzos de la Iglesia en lo que fue el histórico acercamiento entre la Habana y Washington, en tiempos de la presidencia de Obama.

Con un perfil más alto dentro de la diplomacia vaticana, Francisco fue sumando avances y logros destacados como históricos: como el “protocolo de acuerdo provisional para el nombramiento de Obispos” con China, que luego de más 50 años desde la ruptura de las relaciones, se logró firmar en 2018. Su liderazgo en las relaciones exteriores con otros países, se diferencia de los anteriores líderes católicos, ya que su brújula ha apuntado a aquellos países donde los cristianos son minoría.

En 2019, Emiratos Árabes Unidos se convierte en el primer país musulmán del Golfo Pérsico en ser visitado por el Santo Padre. Llevó un mensaje de paz y convivencia entre musulmanes y cristianos, a tan solo kilómetros de distancia de de Yemén, donde se desarrollaba uno de los conflictos más violentos y con mayores muertes del siglo XXI, .

El año 2020, la globalización pandémica modificó y postergó la agenda de visitas papales de Francisco, pero no fue un motivo para dejar de lado la diplomacia pontificia. Con la publicación de su encíclica “Fratelli Tutti” invita a la reflexión a los cristianos del mundo, pero no sólo a ellos. En este documento se puede evidenciar una de las bases de las relaciones exteriores del Estado del Vaticano, invitando al diálogo y cooperación interreligiosa, en diagnóstico de cómo los problemas y conflictos globales se deben en gran parte a la incapacidad de la política para resolverlos por sí sola frente a otros aspectos o intereses.

Además de la lectura que el contexto incorpora, hay que destacar que la elección de Irak guarda un importante mensaje. Un país que desde la controversial intervención de Estados Unidos en 2003, ha demostrado una crónica debilidad institucional a nivel interno.

Además, dentro de la población iraquí, menos de un 6% son cristianos, siendo esa minoría religiosa uno de los objetos de su visita.

El primer día, 5 de marzo, fue en una primera parte dedicado al encuentro con las autoridades locales, sociedad civil y el cuerpo diplomático, donde además de saludarlos y agradecerles la bienvenida destacó la importancia de Irak como cuna de civilización, ligada a la vida de Abraham y numerosos profetas de la historia de la salvación. Luego se encontró con los Obispos, sacerdotes y seminaristas en la Catedral de Nuestra señora de la Salvación en Bagdad, donde pronunció palabras de agradecimiento y motivación respecto al duro contexto local y regional que viven, marcado por la lucha continua por la seguridad económica y personal, las consecuencias de la guerra y las persecuciones, que han sido causa de migraciones y desplazamientos.

El segundo día, tuvo lugar un encuentro interreligioso sin precedentes, que mantuvo con el líder chiita en Irak, el ayatolá Ali Al Sistani. Sin dudas, fue una reunión entre dos figuras religiosas de gran peso. Dimensionamos el peso del ayatolá Chií, si mencionamos cómo sus fatuas (edictos religiosos) provocaron que grandes multitudes de musulmanes se manifestasen, en 2014, en contra del Estado Islámico. El resto del día fue dedicado a actividades religiosas.

Durante la mañana del 7 de marzo, se detuvo en la Plaza de la Iglesia Hosh al-Bieaa para orar por las víctimas de la guerra. Luego visitó a la comunidad de Qaraqosh, agradeciendo a Dios por sostener a los creyentes de la comunidad y pidiendo por la fraternidad, paz y perdón, destacando la misión de reconstrucción de estos valores y del mismo país. Culminó el día con la oración del Ángelus y la celebración de la Santa Misa.

Cerró su visita el 8 de marzo con una conferencia de prensa durante el vuelo de regreso. Enriquecido por la experiencia que el pueblo y la comunidad cristiana de Irak le transmitieron, recuperó el mensaje recogido en la encíclica “Fratelli Tutti”. Invitó una vez más al amor fraterno universal, a través de las religiones del mundo y la construcción de la cultura del diálogo, como un camino común para la humanidad.

 

*Elaborado por Rocío Renna estudiante avanzada de Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Santa Fe. Miembro del Observatorio de Política Internacional de la UCSF.



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