A pesar del llamamiento internacional para que se desarrollen en el segundo semestre del año (a los fines de asegurar la democracia y transparencia del proceso, y para que todas las fuerzas participen) el régimen de Maduro ha decidido que las elecciones presidenciales se realizarán el 22 de Abril del corriente año
El anuncio se hizo efectivo inmediatamente después que fracasaran las conversaciones entre el chavismo y la oposición venezolana, al no poder concretar ningún acuerdo satisfactorio. Los dirigentes de la oposición solicitaban que las elecciones fueran, como mínimo, en el mes de juni y exigieron a la delegación de Maduro que suscribiera un acuerdo en el cual quedara establecido cómo, y en qué plazos, iban a instrumentarse las medidas que garantizarían la igualdad de acceso a los medios televisados en materia de mensajes y spots televisivos, el veto al uso de los recursos públicos en la campaña y el comportamiento profesional y equilibrado de las Fuerzas Armadas el día de la votación.
En estas elecciones, Nicolás Maduro buscará un nuevo mandato de 6 años. Mientras tanto, la oposición se encuentra cada día más fracturada y con sus principales dirigentes inhabilitados -por decisiones judiciales y administrativas- para presentarse a cualquier cargo de elección popular, por lo que deberá decidir si irá a las urnas o se mantendrá al margen, como ha hecho en el pasado, pero solo en elecciones regionales.
Según una encuesta realizada independientemente esta semana, aunque el 85% de los entrevistados dijo que el país está en una “crisis humanitaria grave” y que la gente “estaba pasando hambre”, sólo el 29% planeaba votar en las próximas elecciones presidenciales. El 45% de los mismos dijo que no participarán de las elecciones porque “siempre votamos pero sigue el hambre”; 20% dijo que era una “pérdida de tiempo” y 13% dijo que no tenía fe en una oposición que los había “traicionado” muchas veces.
