El Instituto para el Matrimonio y la Familia cumple 10 años formando familias

Hace 10 años, el 25 de junio de 2010, la Universidad Católica de Santa Fe daba vida al Instituto para el Matrimonio y la Familia, a través de la Resolución Nº 7707, dedicado a la investigación, la docencia y la extensión tal como lo define su estatuto. Pero con una particularidad: era el primer instituto “para la familia”.

Ser un Instituto “para” era todo un contenido programático. Esa preposición nos señalaba el norte y nos presentaba el desafío que teníamos por delante: conocer las familias de nuestro tiempo, crear puentes y abrirles las puertas de la Universidad, brindar un espacio de formación y apoyo, acompañar procesos y ciclos, poner al servicio de la comunidad educativa y de la sociedad reflexiones teóricas y propuestas interdisciplinarias para fortalecer y acompañar su misión.

En estos años hemos ofrecido una amplia variedad de ofertas de formación destinadas tanto a la comunidad educativa como a padres de familia, docentes y profesionales. Las Diplomaturas en Vínculos Familiares y en Integralidad de la Educación Sexual han sido nuestro aporte al cada vez más desafiante rol de educar a las personas en un contexto afectivo sano y fuerte.

Los congresos representan mojones importantes del camino recorrido. En 2011 el Congreso Internacional Juan Pablo II y la Familia, con motivo del 30º aniversario de la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, actualizando el legado profético del Papa de las Familias y su vibrante llamado “a descubrir la belleza y la grandeza de la vocación al amor y al servicio de la vida.” En 2013, el tema elegido fue “La familia como capital social” con profesionales que valoraron desde distintas disciplinas el rol esencial de las familias en la sociedad.

“La familia frente a las adicciones” fue el tema en la edición 2015, en la que reflexionamos sobre la importancia de la familia en la prevención, detección y asistencia de las adicciones, sus fortalezas y debilidades en el actual contexto y las experiencias de asociaciones civiles que en nuestra zona actúan desde el voluntariado y la solidaridad entre pares.

Seminarios, cursos, conferencias, actividades de extensión y nuestros primeros pasos en la investigación han sido parte de la tarea cotidiana del Instituto, con docentes invitados de otras universidades y con nuestro propio staff que ha ido creciendo y consolidándose en estos 10 años. En la Universidad también se habla de familia en las aulas todos los días desde las distintas disciplinas, pero desde hace unos años sumamos una materia optativa en la oferta académica de los alumnos de psicología que ha resultado ser una experiencia muy enriquecedora como espacio de debate, diálogo e iniciación a la investigación.

Todas estas actividades nos han llevado a crear redes con otras instituciones o a fortalecer las que ya existían. Trabajamos en conjunto con la Pastoral Familiar Arquidiocesana, con otros institutos y unidades académicas de la Universidad Católica, con la Junta Arquidiocesana de Educación, con el Instituto Castañeda, con ONGs, asociaciones y empresas que nos han acompañado puntualmente en distintos proyectos.

Nuestro Instituto integra la REDIFAM (Red de Institutos de Familia de Latinoamérica) y la recientemente creada REDIUF (Red Mundial de institutos Universitarios de Familia). Entre las acciones que se están desarrollando en conjunto, estamos participando de investigaciones sobre la realidad de familia en los países latinoamericanos y la construcción de un repositorio solidario de contenidos entre todos los institutos que forman parte de la red.

El Pbro. Olidio Panigo fue el primer director del Instituto que nos acompañó hasta el año pasado, quien tuvo en sus manos la misión de poner los cimientos de este proyecto. Actualmente el Instituto para el Matrimonio y la Familia depende de Vicerrectorado de Formación y su director es el Dr. Luis Olaguibe.

Estos 10 años nos han hecho tomar conciencia de la gran responsabilidad que tenemos desde la Universidad Católica de Santa Fe con la misión asumida desde el Instituto para el Matrimonio y la Familia, uno de los cuatro que existen en el país. Ser un Instituto universitario “para” la familia implica reconocer su valor, su identidad relacional y su soberanía. Proclamar que la familia es la célula básica de la sociedad no es repetir una definición retrógrada, es hacer visible a esta comunidad que contribuye de manera más natural a la protección y el respeto de los derechos humanos, a pesar de las crisis y las carencias de atención y apoyo que ha venido experimentando. Fortalecer a los esposos, a los padres, a los hijos en todas las etapas y ciclos de su desarrollo es cuidar y proteger el mayor capital de la sociedad. Y evidentemente la universidad tiene mucho para aportar en este sentido.



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