Luego de un extenso debate, la Cámara de Diputados de la República Federativa del Brasil, aprobó el proceso de impeachment por 367 votos de un total de 513.
La inicitava pasa ahora al Senado, donde solo se requiere mayoría simple para aprobar el proceso de juicio político que apartaría de su cargo a la presidenta Dilma Rouseff hasta por 180 días mientras es juzgada.
La presidencia del vecino país sería asumida de forma interina por el vicepresidente Michel Tamer, quien es señalado como el principal promotor del proceso de impeachment, en conjunto con el líder de la cámara baja, Eduardo Cunha. Tamer podría permanecer en ese cargo hasta el 2018.
La presidenta Rousseff es acusada de violar normas fiscales, maquillando el déficit presupuestario, acusación que ha abierto un gran debate entre constitucionalistas y politólogos brasileños, separados entre los que sostienen que el accionar de la mandataria configura un delito y entre quienes sostienen que es parte de la política fiscal del gobierno y por tanto no es materia judiciable.
Esta controversia tuvo también su reflejo en las calles, donde millones de ciudadanos brasileños manifestaron su alegría o su tristeza por el resultado de la votación.