Desde la Facultad de Ciencias Agropecuarias destacan el liderazgo de la mujer en la ruralidad a partir de un rol más inclusivo y equitativo.
El 15 de octubre fue instaurado por la ONU como el Día Internacional de la Mujeres Rurales, con el objetivo de reconocer el trabajo de la mujer en ese ámbito. En la UCSF reflexionamos sobre la importancia de su rol en el desarrollo rural y agrícola, así como en la formación de las futuras médicas veterinarias a la par de sus colegas varones.
La ONU afirma que las mujeres rurales representan una cuarta parte de la población mundial y trabajan como agricultoras, asalariadas y empresarias. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras. Además, garantizan la seguridad alimentaria de sus poblaciones y ayudan a preparar a sus comunidades frente al cambio climático.
Sin embargo, las mujeres campesinas sufren los múltiples aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de valor, salud ni educación. Mundialmente, los indicadores de género y desarrollo muestran que las campesinas se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas.
Reconocimiento y desafíos
En este día tan significativo, la médica veterinaria Mónica Berlanda reflexiona sobre cómo fue la evolución y el cambio de funciones a través del tiempo: “Tradicionalmente la mujer rural siempre desempeñó roles en la gestión del hogar, y aunque muchas veces este tipo de actividades no ha sido reconocida ni remunerada, fue crucial para el desarrollo de las actividades rurales”
“Hoy existe mayor visibilidad y reconocimiento a la mujer rural por factores que tienen que ver con el acceso a la educación y la formación. El conocimiento técnico les permitió diversificar sus actividades y participar más activamente del desarrollo económico de la región rural en general”, afirma la directora de la carrera de Veterinaria de la UCSF en Reconquista.
Sobre la importancia de la mujer rural en la región norte de la provincia de Santa Fe, Berlanda menciona algunas características particulares: “La mujer ha sido un pilar fundamental en la educación de nuevas generaciones, transmitió sus conocimientos y sus valores que permitieron el bienestar y el desarrollo de las comunidades; a la vez, la mejora de la gestión de los ingresos le permitió contribuir el desarrollo económico de la familia y, por lo tanto, de la comunidad”.
La mirada de la Universidad Católica de Santa Fe respecto a la temática de la mujer rural, promueve su figura junto a la del varón, en tanto “celebramos que tenemos diferencias y que podemos hacer muchas cosas en común. Porque, sin dudas, la visión de futuro que la universidad propone es un reconocimiento en la diversidad de los roles. Reconoce las grandes capacidades de la mujer, y, además, reconoce su liderazgo en la ruralidad que permite un rol más inclusivo y equitativo, donde podemos contribuir al bienestar y el progreso de la comunidad. Cada uno desde nuestro lugar, más allá de que seamos mujeres, hombres, jóvenes o adultos, siempre podemos mejorar el ambiente que nos rodea”.
Además, “colabora con la sostenibilidad de las actividades productivas, fomenta prácticas innovadoras y principalmente es protagonista en la conservación del medio ambiente. La educación también siempre fue el legado femenino y es un rol que ella asume por naturaleza. Eso permite tener un rol protagónico en la toma de decisiones”, destacada la médica veterinaria.
Otro aspecto positivo de los últimos tiempos es el apoyo mutuo entre las mujeres rurales. “Las redes de apoyo que se conforman desde distintas instituciones o auto-gestadas generan espacios para aprender unas de otras y para fortalecer el sentido de pertenencia a ciertas áreas. El acceso a las redes sociales y la comunicación, a pesar de estar en diferentes regiones geográficas permite que se fortalezcan como colectivo, como las guías de la comunidad que realmente son”.
Formación y compromiso en la UCSF
Desde la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UCSF se considera a la mujer como una figura esencial en la construcción y en el sostenimiento de la comunidad. Se reconoce su valor multifacético, no solo en el en el ámbito doméstico y agrícola, sino también en el ámbito educativo y de líder comunitario.
“Formamos mujeres estudiantes de Veterinaria a la par de su compañero varón, haciendo todo tipo de actividades prácticas esenciales para la formación profesional y en tareas que realizará al momento de ejercer como médica veterinaria. En el campo laboral participa en la atención de los animales productivos de la zona, ya sea bovinos, ovinos, porcinos, aves de corral; administra vacunas, realiza chequeos de salud y planes sanitarios del ganado; realiza cirugías y procedimientos en campo y en consultorio”, describe la docente y directora de la carrera de Veterinaria, Mónica Berlanda.
En esa línea, también participa en actividades relacionadas con la nutrición y el bienestar animal; aprende sobre tecnologías veterinarias de vanguardia y participa en proyectos de investigación que buscan mejorar la salud y el bienestar de los animales, así como en la eficiencia de prácticas agropecuarias; participa en la gestión de explotaciones agrícolas, en trabajos comunitarios que mejoran la calidad de vida de las comunidades rurales u otras, a través de la mejora de la salud animal en la salud pública.