Asociada habitualmente al ámbito de la discapacidad, esta joven disciplina joven no se limita a trabajar en reeducación o terapia, sino también en el ámbito de la prevención y durante todas las etapas vitales.
Abordar el desarrollo armónico de la persona desde la Psicomotricidad, conlleva necesariamente pensar en estrategias que faciliten experiencias motoras, cognitivas y afectivas, que incidan en la relación con uno mismo y con el mundo exterior. Como disciplina que se basa en una visión global del ser humano, trabaja en los ámbitos de salud, educativo y comunitario con un trabajo de promoción, prevención y terapia, abarcando desde la estimulación temprana hasta la gerontopsicomotricidad, pasando por la adolescencia, juventud, adultez y tercera edad; es decir todas las etapas de la vida.
Esta amplitud de la disciplina permite desarrollar la profesión en múltiples ámbitos. “Los psicomotricistas estamos dotados de una gran plasticidad que posibilita acomodarnos a distintas ofertas”, declara la Mg. y Lic. en Psicomotricidad, Nora Bezzone, referente de Córdoba en el área de Atención Temprana. Sin embargo, puntualiza que no deja de observar con preocupación que a veces esa actitud flexible termina desdibujando la especificidad del abordaje psicomotor y que el marco económico regulatorio no contempla esta diversidad, limitando en general la cobertura desde las obras sociales a las prestaciones de discapacidad.
Más allá de esta situación, en los últimos 25 años el campo de intervención de la Psicomotricidad se ha visto ampliado, tanto a partir de la especialización como la oficialización de los estudios y el reconocimiento de una fecha propia. Es así que cada 28 de julio se conmemora el Día del Psicomotricista, recordando a Dalila de Costallat, primera psicomotricista argentina.
Actualmente, nuestro país cuenta con formaciones universitarias en provincias, como Mendoza, Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Santa Fe -en la UCSF- y, más recientemente, San Juan, al tiempo que crece la oferta laboral.
Desde los primeros días
De a poco, el rol del psicomotricista está ganando terreno en la atención temprana, en niños entre 0 y 3 años, y en este ámbito tiene mucho que aportar. “Somos profesionales expertos en el desarrollo y la integración somatopsíquica en la corporalidad, en el movimiento, en relación con la afectividad y la inteligencia; cuestiones que están en construcción en el niño pequeño. Es en los primeros años de vida donde están las posibilidades dadas por el neurodesarrollo para potenciar los aprendizajes”, remarca María Jesús Huguet (Uruguay), Licenciada en Psicomotricidad y Fisioterapeuta.
A su vez, es necesario un esfuerzo de profesionalización y mejora de la calidad de los cuidados. Hablar de atención temprana implica pensar en las políticas públicas e institucionales necesarias para acompañar a poblaciones de riesgo social, y específicamente los centros infantiles que abordan la formación inicial, la comprensión lingüística y la reciprocidad social de los infantes.
A partir de la incorporación de la Ley 27.611, abocada a la “Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia”, el Plan 1000 días, se ha visto un incremento progresivo en la aplicación de programas que abren un escenario de oportunidades para que los psicomotricistas realicen aportes a la primera infancia, expresa la Mg. y Lic. en Psicomotricidad Carolina Taborda
En adolescentes y adultos mayores
El Dr. Juan Mila Demarchi, director de Psicomotricidad en la Universidad de la República del Uruguay (UDELAR) y responsable de la Formación Corporal de Psicomotricistas de diferentes países latinoamericanos y europeos, rescata la importancia de no olvidar la práctica en adolescentes.
“Teniendo en cuenta la salud mental, es una etapa de muchísimos cambios, a nivel corporal y de la imagen que uno tiene del cuerpo. A nivel socioeducativo, el psicomotricista puede trabajar en instituciones formales secundarias y en instituciones no formales, como pueden ser clubes, espacios de recreación o espacios de encuentro social de adolescentes; a nivel clínico en distintos ámbitos de la salud, hospitales, centros de salud”.
En el otro extremo de la vida, está presente la Gerontopsicomotricidad, especialidad muy nueva aún en Argentina. Ante el envejecimiento poblacional es clave comenzar con acciones preventivas. “En la literatura nos describen este momento como la ruptura entre el ‘cuerpo’ y la ‘cabeza’, un cuerpo que no hace lo que la cabeza pretende o un cuerpo de dolor y de pérdidas. Esta comprensión es la base de nuestro trabajo”, señala la Ms. y Lic. en Psicomotricidad Catarina Branquinho, de la Facultad de Motricidad Humana de la Universidad de Lisboa.
Para todos los cuidadores, sean formales o informales, la formación es fundamental: las buenas prácticas se sustentan en la teoría, pero necesitan humanización. La Lic. en Psicomotricidad Claudia Marcela Carta señala que debe fomentarse “la perspectiva de derecho y la psicoeducación de la sociedad para derribar estereotipos negativos hacia la vejez”. En esta etapa, la intervención psicomotriz refiere en gran parte al espacio y a las rutinas, especialmente cuando se trabaja con personas con demencia moderada o avanzada y en cuidados paliativos.
Hacer comunidad
“A partir de los aportes y diálogos interdisciplinarios con la psicología social, la antropología y la sociología se va repensando la intervención, teniendo en cuenta que la construcción corporal está impregnada por la cultura de la propia comunidad”, destaca la Ms. Lic. en Psicomotricidad Patricia Turello, directora de la Lic. en Psicomotricidad (CCC) ofrecida por la Casa de Altos Estudios.
Dando respuestas a este escenario de la disciplina, la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Santa Fe ofrece un ciclo de complementación para todos aquellos que tengan un título de base como psicomotricistas.
En este sentido, la docente de Salud Comunitaria Lic. Paola Montich, remarca que “en los saberes compartidos podemos encontrar nuestros modos de decir y describir esas manifestaciones corporales que son indicios de una relación consigo mismo, con los otros, con el tiempo, con el espacio, logrando construir cuál es el acompañamiento que requiere un grupo de niños y adultos frente a un diagnóstico participativo, elaborando intervenciones oportunas”.
“Gestar cuerpo en comunidad es tejer vínculos sostenedores, humanizantes y lúdicos”, resalta la Lic. Mara Lesbergueris. Por ello es clave “pensarnos con otros en la participación y en las prácticas políticas comunitarias, poniendo el diálogo el saber popular y el experto conjugándose a partir de un compromiso que implica una mutua transformación”, finaliza Turello.
Estudiar en la UCSF
El cursado de la Licenciatura en Psicomotricidad (CCC) es de modalidad 100% online, con una duración de 2 años. El propósito del Ciclo de Complementación Curricular es ampliar los conocimientos adquiridos a partir de un Título de Nivel Terciario.
Para más información acerca de los ciclos de complementación te invitamos a que ingreses a www.ucsf.edu.ar/ciclos/ y consultes por la mejor opción para continuar con tu formación.
Nota publicada en El Litoral