Qué espera la Iglesia de las universidades católicas 

A ejemplo del Papa Francisco, el Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, pronunció un discurso en línea para los miembros de la FIUC, acerca de la renovación necesaria del diálogo y la pastoral universitaria.  

En el marco de la inauguración de la nueva sede de la FIUC (Federación Internacional de Universidades Católicas), el S.E.R. Cardenal José Tolentino Mendonça recalca en su discurso la necesidad de ampliar la mirada presente desde la multiplicidad y el pluralismo. Las Universidades deben incluir en sus planes estratégicos la situación presente de la Iglesia, de los discípulos de Jesús que trabajan en el mundo educativo y cultural, y finalmente, de aquellos que rodean nuestras instituciones.  

“Se tiene la esperanza de que nuestra educación católica sea algo más. Es decir, que sea más audaz en la búsqueda de la verdad, más innovadora culturalmente, más atenta socialmente, más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”, resalta Mendonça. 

 

Reconocer la Identidad y Misión 

Con base en la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiæ, “si la Universidad católica se aleja de su misión de educar, a ejemplo de Jesús, el Maestro, ésta se convertirá en una fábrica de títulos profesionales”, recuerda Mendonça. La comunidad académica, con inspiración cristiana y reflexividad continua desde la fe, debe reconocer que en su camino se encontrará con dos tentaciones principales.  

En primera instancia, la autopreservación, es decir, el progresivo distanciamiento entre los miembros de la comunidad educativa.

“¡Es tan fácil que los componentes de una universidad se vuelvan islotes separados y que las universidades se conviertan en un archipiélago de solitud!”

En segundo lugar, la autorreferencialidad, en otras palabras, la confianza en las propias fuerzas. “No necesitamos un heroísmo titánico, sino una mansa y paciente fraternidad entre nosotros y con la creación. La vida y la historia demuestran que no podemos ser nosotros mismos sin el otro y sin los otros. En un mundo en el cual todo está íntimamente relacionado, es necesario abrirse con creatividad a nuevos itinerarios, más integrados, compartidos, unidos directamente con las personas y sus contextos”.

La Misión de las Universidades Católicas se traduce en el diálogo continuo y científico entre la fe y la razón. Como dijo el Papa Francisco, “la fe despierta el sentido crítico y ensancha los horizontes de la razón, para iluminar mejor el mundo que se presenta a los estudios de la ciencia”. 

 

Apostar por el Diálogo  

“Deben permitir que la persona se exprese y crezca humanamente en un proceso de relación dialógica, interactuando de manera constructiva, ejercitando el respecto, comprendiendo los diferentes puntos de vista, creando confianza en un ambiente de auténtica armonía”, establece el Cardenal.  

Desde el deber de la identidad, la valentía de la alteridad y la sinceridad de las emociones, cada persona debe ser acogida como compañera de ruta, transformando pacientemente los vínculos de competición en cooperación.  

 

Conversión Pastoral   

La propuesta del Cardenal Mendonça es apostar por una Pastoral Universitaria más expansiva y abierta, que favorezca la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad.

“La pastoral debe tener en cuenta que un rasgo característico de los jóvenes de hoy es el compromiso social. El voluntariado es una escuela de vida dentro de la propia escuela.” 

Intensificar la dimensión cultural desde las Universidades Católicas implica buscar más sinergias, correr más riesgos. Como dijo el Papa Francisco, este año nuevo nos propone ser creadores «de una nueva belleza humana, una nueva belleza fraterna y amigable, como de la salvaguardia de la tierra que pisamos». 

 


Para acceder al discurso completo haga clic aquí.  


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