El barrio Juventud del Norte es sede del Centro Esperanza Productiva, espacio dedicado a la capacitación integral y en oficios.
El Prebístero Diego Gatti, amigo de la Universidad Católica de Santa Fe, comparte que la propuesta del Centro Esperanza Productiva del B. Juventud del Norte nació como respuesta a la situación heterogénea y de marginalidad que acontece a la comunidad de allí.
En medio de la pandemia del 2020, el sacerdote abrió la posibilidad de realizar algunos cursos de formación laboral, “para ir conociendo a la gente y las posibilidades de sus sueños”, comenta. Posteriormente, en colaboración con autoridades políticas y con el obispo de la zona noroeste, el referente religioso pudo concretar la construcción de una ermita que se conocerá como el Centro de oficios.
“La comunidad tiene interés en trabajar y ganarse el alimento con el sudor de su frente. Gracias a Dios y al equipo conformado, junto con empresas colaboradoras, se busca profesionalizar oficios tanto para particulares como públicas”, remarca. , en materia de albañería, carpintería, sistemas de refrigeración, atención de adultos mayores, entre otros.
Citando al Papa Francisco, Gatti destaca que “la Iglesia llama al cristiano a preocuparse por el otro, proporcionando ayuda pero sin caer en el asistencialismo. El trabajo construye dignidad y permite pensar nuevos horizontes, el proyecto del Centro busca enseñar una ética humanista y brindar conocimientos técnicos profesionales para sus familias y sociedad.”
Anhelo comunitario
El arquitecto Carlos Borra es miembro activo del proyecto coordinado por el Arq. Leandro Comelli. También forman parte del mismo Diego Scappino, Juan Andrés Kerz, Rodrigo Macías y Mercedes Gaynetén.
“Este proyecto es como una especie de anhelo que tuve toda mi vida: hacer algo que sea fecundo y que lleve adelante un emprendimiento para nuestra sociedad y nuestra ciudad. Hay necesidades permanentes cuando uno sale a la calle y eso es algo que nos increpa a todos”, señala.
En relación con el diseño y proyección del Centro, el arquitecto comparte que el terreno ubicado en Menchaca incorpora aulas y espacios para 80 personas.
“El proyecto es de interés municipal ya que es importante responder a la demanda insatisfecha de personas capacitadas y confiables. Nuestro anhelo, como dice Francisco, es acoger y brindar un sitio amigable, hospitalario y respetuoso de todos parámetros y normas, valores que son indispensables para la convivencia social y la conducta personal”, remarca.
Se invita desde el equipo del anteproyecto a la colaboración de empresas, instituciones, organizaciones y asociaciones que quieran aportar su grano de arena, tanto económicamente como en cuestiones de difusión y apoyo.