Baldosas en homenaje a estudiantes desaparecidos durante la dictadura cívico – militar

El lunes pasado, en la vereda de la Sede Virgen de Guadalupe de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), se colocaron dos baldosas de la memoria en homenaje a quienes fueran estudiantes desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. Se trata de Graciela Susana Capocetti y Guillermo López Torres. 

Junto a sus hijos, nietos y bisnieto, amigos y compañeros de aquellos años, también participaron autoridades de UCSF, entre ellos el rector Mg. Lic. Eugenio Martín De Palma, la secretaria General de Rectorado CPN Claudia Gauna y el vicerrector de Formación Pbro. Carlos Scatizza. También representantes de APUC, docentes y estudiantes. 

“En primer lugar, agradecerles por poder compartir con ustedes toda esta experiencia y este homenaje. Es muy reconfortante. Nos es muy grato poder contar con Camila, nieta de Graciela y Guillermo, en nuestro claustro y en nuestra comunidad universitaria. Agradezco a todos los presentes que han venido a acompañarnos en este homenaje buscando siempre memoria y justicia”, aportó De Palma. 

En primera persona 

Marcelo Villar, integrante de la comisión de baldosas y del Foro contra la Impunidad señaló que “cuando comenzamos con la colocación de baldosas, el sentido era marcar en el territorio y en la geografía de la ciudad aquellos lugares donde transitaron aquellas personas que hoy seguimos buscando”. 

Es mostrar que existió esa generación. Contar porqué luchaban y ser un ejemplo para la juventud. Además, denunciar para que lo que sucedió no vuelva a ocurrir nunca más en Argentina”, agregó el militante por los derechos humanos. 

Gustavo y Diego López Torres, hijos de la pareja desaparecida, compartieron sus reflexiones con el público presente. “Para mí es un honor y un orgullo realmente que estemos poniendo las baldosas y recordando a mis viejos, sobre todo por estar con mi hermano acá presente, en este camino que recorremos para honrar su memoria y la lucha de ellos. Estas baldosas servirán para que la gente que pase, pregunte quiénes eran, lean su nombre y apellido. Ellos tenían un rostro, no son únicamente desaparecidos, fueron compañeros de vida y alumnos de esta Universidad”, contó emocionado Diego. 

Por su parte, Gustavo agradeció a la “Universidad Católica de Santa Fe por el espacio. En este lugar papá y mamá se conocieron. En este lugar la militancia significaba también amor, en esta universidad se armó una pareja, una familia. Se gestaron montones de sueños que quisieron ser arrebatados por el Terrorismo de Estado.” 



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