Bendición de la placa de San Artémides Zatti, patrono de la Facultad de Ciencias de la Salud

El martes 29 de noviembre la Facultad de Ciencias de la Salud, sede Virgen de Guadalupe, entronizó una imagen del Santo patrono, Artémides Zatti. Participaron del acto, el Rector, el Vicecanciller y miembros del personal y la comunidad educativa.  

El Rector Mgtr. Lic. Martín De Palma enmarcó el acto dentro del camino sinodal e inició la ceremonia  con una narración breve de la vida de Artémides y su proceso canónico, dando importancia a los valores que guiaron su vida y que son ejemplo para cada joven que estudia en la Facultad de Ciencias de la Salud.  

Artémides Zatti nació en Boretto (Italia) el 12 de octubre de 1880. Su familia, empujada por la pobreza, emigró a la Argentina en 1897 y se estableció en Bahía Blanca. Allí comenzó a frecuentar la parroquia dirigida por los Salesianos de Don Bosco, religiosos católicos dedicados a la educación y evangelización de la juventud más pobre y abandonada. A los 20 años ingresó como seminarista y se le confío el cuidado de un joven sacerdote tuberculoso. Debido a esta causa, el joven italiano contrajo esta enfermedad. 

En 1902 fue enviado al hospital de San José, en Viedma. Lo acompañó en su residencia el sacerdote salesiano y médico Evasio Garrone. Junto a él, pide y obtiene de María Auxiliadora la gracia de la curación con la promesa de dedicar toda su vida al cuidado de los enfermos. El mismo decía:  

“Creí, prometí, sané”. 

Dos años después, habiendo recuperado la salud, es consagrado como hermano coadjutor de la Congregación Salesiana y comienza a ocuparse de la farmacia anexa al hospital, la única del pueblo. Posteriormente, queda a cargo del hospital “San José”, uno de los primeros de la Patagonia argentina. Allí creció su santidad. Sus días comenzaban temprano: 

“A las 4.30, levantarse. Meditación y Santa Misa. Visita a todos los pabellones. Después, en bicicleta, visita a los enfermos esparcidos por la ciudad. Después de la comida, entusiasta partida de bolos con los convalecientes. Desde las 14 a las 18, nueva visita a los enfermos internos y externos del hospital. Hasta las 20 trabajaba en la farmacia. Otra visita a los pabellones. Hasta las 23, estudio y lecturas ascéticas. Luego, descanso en permanente disponibilidad a cualquier llamada”. 

Luego de conseguir la ciudadanía argentina, obtiene en la Universidad de La Plata el título de Farmacéutico. En 1948 se matricula como “Enfermero”. 

Don Zatti dedicó cuarenta años de vida consagrada al servicio de los enfermos de la zona de Viedma y Carmen de Patagones, especialmente los más pobres. En 1950, Zatti se cae de una escalera y es obligado al reposo. Después de unos meses se manifestaron los síntomas de un cáncer. Murió el 15 de marzo de 1951. 

Zatti amó a sus enfermos de manera verdaderamente conmovedora. Veía en ellos a Jesús mismo. Fiel al espíritu de Don Bosco, desarrolló una actividad incansable durante toda su vida. Pero, sobre todo, fue un hombre de Dios. Uno de los médicos del hospital dijo: “Creo en Dios desde que conozco al señor Zatti”. En 2002, fue declarado beato y en octubre de 2022, el Papa Francisco lo declara santo.  

La bendición de la imagen estuvo a cargo del Vicecanciller, Pbro. Lic. Ernesto Carlos Agüera.

El Presbítero recalcó el ejemplo verdadero de buen samaritano que fue Artémides Zatti y lo fundamental que es vivir la profesión y la vocación desde una mirada bienaventurada y entregada a Cristo. Como el mismo santo afirmaba: 

“¿Y si fuera Jesús el que viene en el enfermo? … A Jesús hay que darle lo mejor”



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