“A veces el último latido no es el último”

Días atrás se conoció que, en Argentina, cada 15 minutos fallece una persona de muerte súbita. El Dr. Julio Rico, médico generalista y deportólogo explicó la importancia de saber hacer reanimación cardiopulmonar (RCP) para actuar en situación de emergencia.

Si todos entendiéramos que podemos ayudar a salvar una vida o, al menos, darle a alguien una chance más, seguramente destinaríamos un par de horas de nuestro día a hacer un curso de RCP.  

La impactante cifra de muertes súbitas en nuestro país y la necesidad de que todos podamos ayudar en algún momento crítico llevó a la Federación Argentina de Cardiología (FAC) a crear la Secretaría de la Red Nacional de RCP y de Prevención de la Muerte Súbita. El objetivo: capacitar a la mayor cantidad de gente posible en RCP para salvar vidas. 

El Dr. Julio Rico visitó el programa de TV de la UCSF, Nuevamente, y habló de la importancia de que cada uno de nosotros sepa hacer reanimación cardiopulmonar: “Si cada vez que sucede un paro cardiorespiratorio hubiera gente que pueda resolverlo, la probabilidad de resolución de esos paros sería mucho más grande”. 

¿Muerte súbita o paro cardíaco? 

En primer lugar, es importante diferenciar estos dos episodios: muerte súbita es una muerte que ocurre en una persona aparentemente sana, pero constituye el evento final de un conjunto de patologías cardíacas. Es una muerte inesperada.  

“Quizá la persona tenía alguna enfermedad de base, pero no lo sabía. Pueden existir algunas cuestiones cardíacas inherentes, previas, no diagnosticadas, que bajo presión fisiológica de la temperatura, el calor, la deshidratación generen algunas arritmias que puede terminar en muerte súbita”, explica Rico. 

El paro cardíaco es esa patología en la que la persona siente un dolor en el pecho, desde la base del cuello al brazo izquierdo, tiene una sensación de muerte inminente, transpiración fría, sudorosa, un dolor opresivo, “como si lo pisara un elefante”. Es un infarto.  

Actuar con calma 

Ante una situación en la que una persona se desvanece, tenemos que actuar rápido pero tranquilos. Parece imposible, pero estamos ante la posibilidad de salvar una vida. 

“Primero debemos comprobar si es una emergencia, ver que en la escena no haya ningún riesgo para mí, ni para la otra persona. Que la escena sea segura. Luego, determinar si esa persona responde, simplemente con golpearla y hablarle en voz alta. Si responde nos podemos quedar tranquilos porque pudo haber sido una lipotimia, una bajada de azúcar. Pero si no responde es porque está inconsciente. Por ende, tengo que pedir ayuda a cualquier persona que esté cerca e indicarle que llame a emergencias y ahí mismo comenzar las compresiones”, detalla el médico. 

“Pensemos que cada uno de nosotros somos pequeñas unidades coronarias móviles y le puede tocar a cualquiera. Te toca en el partido de fútbol donde está tu hijo jugando, te toca en tu casa con algún familiar, en la universidad con un compañero, en cualquier lugar. Lo más probable es que nos paralicemos y no sepamos qué hacer. Podemos huir o podemos pensar con calma y hacer uno de los actos altruistas más importantes, porque no hay mayor indefensión que una persona que está inconsciente y que no respira”.  

Estar preparados 

Para poder ayudar a alguien que está pasando por un paro cardiorespiratorio, todos deberíamos hacer un curso de RCP y así aumentaríamos la cantidad de gente que sería un primer respondedor, quien llamaría el sistema de emergencia médica y pediría un desfibrilador externo automático (DEA) que hoy encontramos en muchos lugares. 

La importancia de hacer los cursos de RCP con continuidad radica en que la práctica facilita esa destreza a la hora de actuar, internaliza los pasos a seguir. Por eso esta organización nuclea personal médico y no médico para capacitar a la mayor cantidad de personas posible. 

“A veces tenemos que pensar que el último latido no es el último. Siempre hay personas con múltiples patologías, pero nada quita que podamos hacer el esfuerzo para ayudarlas y evitar que ese haya sido su último latido. Entonces invito a todos a tomar cursos de RCP, porque tenemos que perderle el miedo y porque es una cuestión de cooperación, le estamos dando a esa persona, otra chance”, explica Julio Rico. 



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