Fertilidad y salud reproductiva

La tasa de natalidad ha disminuido, en parte por elección, pero en muchas ocasiones también por una creciente dificultad por concretar los embarazos, ligado a problemas de salud reproductiva. Se impone la necesidad de un abordaje integral de esta problemática, alertada en los últimos informes de la Organización Mundial de la Salud.

La sociedad atraviesa un cambio de paradigma en relación a la mujer, a sus posibilidades laborales, su rol, la maternidad. En ocasiones, esto decanta en una postergación voluntaria del embarazo, pero en otros casos, la postergación no es voluntaria, sino fruto de una dificultad fisiológica o una patología que impide la consecución del embarazo. 

“Cada vez es más común ver personas que quieren ser padres o madres y que no pueden lograrlo. Antes era frecuente razonar que, si no podían conseguirlo naturalmente, siempre estaba la opción de la fertilidad asistida, y que con eso se solucionaba. Hoy por hoy esa tendencia comenzó a cambiar”, explica la Lic. en Nutrición Sandra Maximino, integrante del equipo de salud reproductiva y fertilidad del Hospital Iturraspe en Santa Fe, y directora del curso de posgrado que dicta la Universidad Católica de Santa Fe en esta temática. 

Sandra tiene una Maestría en salud Materno Infantil y un posgrado en Nutrición y neurodesarrollo, y no duda en señalar: “La salud, en los tiempos que corren, requiere una actualización permanente, para poder abordar de buen modo a nuestros pacientes. La respuesta cada vez es más integral, y eso implica un cambio de enfoque”. 

Cuestión de salud pública 

Maximino destaca que actualmente la efectividad de la fertilidad asistida “está más desmitificada”: “sabemos que la fertilidad asistida no siempre soluciona todos los casos, sobre todo si hay patologías de base, patologías autoinmunes, como puede ser un Hashimoto, una endometriosis, un lupus o cualquier otra situación que afecte a las mujeres, o también al factor masculino, en el que hoy por hoy encontramos muchas alteraciones”, detalló. 

Por este motivo, la profesional aboga por realizar abordajes más integrales, contando con la mayor cantidad de información y de aristas posibles, conjugando distintas disciplinas, como la nutrición, la psicología y hasta la abogacía, en lo relativo a las obras sociales y las leyes de salud reproductiva.  

Hay tasas mundiales, por todos conocidas, que indican la disminución de la natalidad. En algunos casos tiene que ver el deseo y la elección de muchas parejas por no tener hijos. Sin embargo, es igualmente cierto que también existe una tasa mayor de infertilidad, y la situación de muchas otras parejas para las que no es posible tener un hijo, más allá de que lo deseen y lo busquen.  

Según un informe presentado por la OMS en abril de este año, esta problemática afecta entre 48 millones de parejas y 186 millones de personas en todo el mundo, sin hacer distinciones. Los datos obtenidos entre 1990 y 2021 revelan que la enorme proporción de afectados evidencia la necesidad de ampliar el acceso a los tratamientos y de incluir la infertilidad en las políticas y los estudios sobre salud.   

La infertilidad puede deberse a factores masculinos, femeninos, a una combinación de ambos o ser idiopática (de origen desconocido); a la vez que los factores ambientales y de estilo de vida también se han asociado con menores tasas de fecundidad.   

“Tiene muchísimo poder la forma en la que vivimos y no solamente el ritmo, el estrés, sino la exposición involuntaria que todos tenemos a sustancias químicas que las consideramos inofensivas y sin embargo no lo son, como pueden ser los edulcorantes, el alcohol. El sedentarismo y la exposición a las pantallas son otro factor a tener en cuenta”, señaló Maximino. 

Buen descanso, buenos hábitos 

Con el mercado de las series y la proliferación de plataformas, es una costumbre bastante presente la de permanecer hasta muy avanzada la noche mirando las pantallas. La especialista señala que “nosotros estamos muy contentos viendo una peli, y desconocemos que detrás de ese hábito el organismo no funciona bien, porque en ese momento es cuando necesita oscuridad para sintetizar hormonas”. 

Maximino explica que las hormonas sexuales tienen un pico de síntesis en un determinado horario en la noche, y que requieren un entorno de oscuridad para que suceda. Durante las horas de sueño principalmente se sintetiza la melatonina, responsable de inducir toda la cascada de síntesis hormonal.  

“Si yo no empiezo por la primera hormona, todas las demás no se desarrollan. Luego surgen los problemas en los ciclos menstruales, el síndrome ovario poliquístico, aparecen las disfunciones en la calidad espermática”, detalla Maximino. 

En ocasiones se presentan ciertas similitudes entre pacientes con dificultades en su salud reproductiva, datos que se reiteran, como una mala alimentación en la que prima la comida chatarra, un estilo sedentario, alteraciones del sueño y, en algunos, se añade a los mencionados el hábito del cigarrillo.  

“Cada uno de estos aspectos va sumando granitos de arena para que la salud reproductiva no sea la óptima. En sentido contrario, cuando yo quiero cuidar la fertilidad o propiciarla, tengo que hacer un nuevo aprendizaje: cuestionar cómo son mis hábitos y ver qué cosas están a mi alcance cambiar, para tratar de que este escenario sea el más propicio posible”, explica la especialista, a la vez que confiesa: “Lo que pasa es que socialmente estamos medio en contramano a lo que la biología toma como punto ideal para pensar en la maternidad”. 

Buscar respuestas 

Esta necesidad que tiene nuestra sociedad requiere una respuesta en profesionales formados y muy actualizados. Desde la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Santa Fe promueven distintos espacios en este sentido.  

A lo largo del mes de noviembre se dicta el curso de posgrado Fertilidad y Salud reproductiva en 360º: abordaje integral; es 100% virtual, con cursado sincrónico los sábados durante la mañana. Está destinado a nutricionistas, médicos, ginecólogos, psicólogos, y a todo el personal de salud que de una u otra forma tiene relación con pacientes en esta temática. 

Por otro lado, junto a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (FIUNER) trabajan desde un interés común: avanzar en el estudio de la ventana fértil de la mujer, propiciando un abordaje multidisciplinar entre investigadores en ciencias de la salud y bioingenieros. Para mayor información, dirigirse a salud@ucsf.edu.ar



Graduados, Santa Fe, Ciencias de la Salud, Posgrados, Extensión, Licenciatura en Nutrición, Licenciatura en Obstetricia, IIFCS Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias de la Salud