Los bebés y la Tecnología: ¿una buena combinación?

Por Marta Evelyn Rucci* 

Los niños en la actualidad nacen rodeados de avances tecnológicos que, en muchas ocasiones, son una herramienta útil para el aprendizaje y el desarrollo evolutivo. Pensemos en aquellos softwares y tecnologías adaptadas que utilizan los terapeutas al trabajar con niños con determinadas características, como baja visión, P.C., T.E.A., Retraso Mental, o Síndrome de Down. Se constituyen en medios sumamente eficaces para estimular y fortalecer habilidades de comunicación e interacción, entretenimiento y juego, destrezas cognitivas y motoras. Ofrecen una gran ayuda en la motivación y en la ejercitación de distintas tareas. 

 

Pero sabemos que tecnología no es educación. Sólo es un recurso importante, para incorporar al aprendizaje. El aprendizaje y la educación en lo cotidiano de la vida se construyen sobre la base de las experiencias que los seres humanos vivenciamos, relacionándonos unos con otros. Todos los niños aprenden cuestiones básicas como autocuidado, alimentación, higiene y vestido, organización de rutinas diarias y límites, en compañía de otras personas que le brindan, con paciencia y amor, la información y el ejemplo. 

Cabe destacar que el desarrollo motriz general, la capacidad para resolver problemas, la creatividad para elaborar soluciones o caminos alternativos, el poner en práctica lo aprendido, el ejercicio de roles, la adopción de valores humanos, la actitud ante la vida, son aspectos y cualidades que se trabajan y afianzan ya desde el nacimiento, especialmente en interacción con padres, familiares y amigos, mediante juegos que promueven actividad física, mental y social, sumado a las expresiones de cariño recibidas, a los momentos compartidos, etc. Es decir, el tiempo de calidad que se le dedica al bebé, relacionándose con él, sin intermediarios ni sustitutos electrónicos, sin pantallas que se interpongan entre la conexión de miradas e intercambio de afecto. 

En relación al tema de las pantallas, una de las recomendaciones de los especialistas es que los bebés hasta los dos años de edad no deberían estar demasiado tiempo frente al televisor, o ante cualquier aparato similar, debido a que los nervios que inervan sus ojos, son aún inmaduros, y pueden generarse trastornos en el aparato ocular. Además, su Sistema Nervioso Central no está preparado todavía para procesar tal cantidad de estímulos, ofrecidos en forma simultánea, y no logran discriminar ficción de realidad. 

En lo que sí están preparados, desde que nacen, es en mirar el rostro de su mamá, y progresivamente buscar su mirada, sonreírle, y empezar a comunicarse con ella y con los demás, a través de silabeos y balbuceos. Cuando la mamá o el papá, hablándole a su hijo, lo viste, lo alimenta, lo higieniza, juega con él, está propiciando un espacio para que, a su vez, también éste se comunique. El juego espontáneo sigue siendo, desde siempre, la mejor manera que tiene el niño de expresarse y de crecer sanamente. 

Un área tan importante como el lenguaje, entonces, comienza precisamente a estimularse en esas tempranas interacciones entre los padres y sus hijos. 

La lectura de cuentos es igualmente productiva. El infante aprende así a escuchar, a prestar atención, interesarse y generar preguntas, a conocer palabras nuevas, poner en marcha su imaginación y su memoria, a relacionarse con los demás. Asimismo, se promueven aspectos psicológicos, que brindarán progresivamente una estructura psíquica favorable para la adaptación al medio, el sentido de la realidad, y la vida en sociedad. 

Es decir, los niños llegan a nuestra vida con todo el potencial necesario para que nosotros, y no primordialmente un aparato electrónico, colaboremos con ellos y los acompañemos en su crecimiento personal y en su educación. Un bebé que está desarrollando al máximo sus posibilidades, es un bebé feliz, que sonríe, que se sorprende, que es curioso. 

En función de los beneficios que mencionamos, podemos concluir que es mucho más valiosa y necesaria la relación que construimos con nuestros pequeños, que la tecnología que pueda estar presente en la vida diaria, ya que ésta tiene realmente un papel secundario en la crianza, y en el aprendizaje que ellos efectúan de la vida, y de las personas. 

 

*Es Lic. en Terapia Ocupacional (Mat. N°  S0166  F°  3  L° 1). Docente de la Lic. en TO en la Universidad Católica de Santa Fe, sede San José, san Jerónimo y Virgen de Guadalupe.



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