Ejercerá la presidencia interina del vecino país, mientras Dilma Rousseff enfrenta el proceso de impeachment.
Tras la aprobación del juicio político a la primer mandataria, que la aparta por seis meses del gobierno, el vicepresidente firmó el jueves 12 la notificación del Senado en la que asume el cargo supremo de manera interina. Durante este período, la Cámara alta del Congreso debatirá si destituye a Rousseff o le permite retornar al cargo.
La situación crítica del sistema político brasileño pone de relieve la fragilidad del gobierno interino, con Temer como figura que no cuenta con apoyo popular. La expectativa, más allá de la resolución del impeachment, gira en torno a las reformas del Ejecutivo, la reestructuración del sistema de partidos y las investigaciones judiciales.
