Lupita: cinco mujeres que proyectan más allá 

La Sede Virgen de Guadalupe incorpora en su librería los diferentes productos de las mujeres que forman parte de “La Casa de Juan Diego”, espacio que acompaña la recuperación de personas con consumos problemáticos y situaciones de vulnerabilidad. 

La docente de Diseño Industrial, María Lucila Villalba, acompaña a Kiara, Graciela, Brisa, Marisel y Cintia los días martes y jueves en el taller Lupita ubicado en la “La Casa de Juan Diego” (Junín 2141). Accionado por un grupo de mujeres, Lupita es un espacio de taller y emprendimiento en el cual se producen diversos elementos de decoración y utilidad.  

A ejemplo de la dulzura de la Virgen de Guadalupe, “en 2022 ellas empezaron a trabajar, se fueron perfeccionando en las técnicas y luego dando un salto, empezaron a participar de ferias. Asisten a la casa desde hace muchos años, incluso desde la niñez, cuatro de las chicas son mamás, con varios hijos. Esta es una posibilidad de hacer compatible la vida laboral con la familia y también de tener un compartir terapéutico entre ellas. Conversan, se unen y apoyan en los desafíos que tienen día a día”, comparte Mariana Argüello, directora de la Casa.  

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Diseño social

La docente de la Facultad de Arquitectura y Diseño destaca el rol de Lupita como un compromiso más profundo con la sociedad y una manera de aportar un granito de arena.  

“En cuanto a mi profesión y a todos los cursos que fui tomando a lo largo de mi vida, en relación a la actividad manual y creativa, Lupita implica poder bajar un poco el diseño a diferentes realidades, a diferentes entornos, adaptarlo como una herramienta de inclusión social. Siempre decimos que el diseño es poder brindar soluciones a diferentes problemáticas. En este caso, tener un trabajo, una salida laboral donde quizá no le damos tanta prioridad al objeto diseñado en sí, sino a cómo intervenirlo en base a los recursos que tenemos, materiales y económicos, para poder reinsertarlos en diferentes ambientes y eventos, venderlos para que ellas puedan obtener un beneficio económico. Mi objetivo a largo plazo es poder crecer un poco más en cuanto a producción y sistematizar los procesos, lograr que cada una de las chicas se especialice con compromiso en una parte del mismo, para poder elaborar objetos en serie, y naturalmente, poder abarcar pedidos mayoristas con el ritmo que estos implican”, comenta Villalba. 

Con resalte en la cotidianidad y la simpleza, cada encuentro enmarca un espacio que es exclusivo para las chicas, donde poner música, compartir algo de comida, dialogar y hacer más llevadera la mañana entre todas. Las chicas destacan que “en la Casa pueden trabajar”.

“Me gusta hacer las cajitas, la técnica del decoupage, estar presente en las ferias con mis hijos, divertirme a la hora de pintar. El taller organizó los horarios de mi vida”, expresa Marisel.  

Cada año, las emprendedoras de Lupita se preparan para asistir a las ferias navideñas, en especial la que se realiza en Guadalupe. Lucila y Marisel remarcan la gratificación del encuentro con los clientes y las compras mayoritarias. “Estábamos colocando los precios y realizando el inventario cuando una mañana llega una persona y nos hace un pedido muy grande. ¡Nos dejó sin producción, nos compró la mitad de lo que teníamos! Se vivió un clima de mucha alegría y música”; “nos reconforta cuando las personas ven los productos y nos dicen que les gusta el estilo y los colores”, comentan.  

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Una casa que abraza y contiene

La Familia Grande Hogar de Cristo acompaña, a través de sus centros barriales, las vidas como vienen, intentando recomponer la red de vínculos dañada y animándose a construir con ellos una auténtica familia. Esta Federación, fundada por el Padre Pepe en Buenos Aires, busca abrazar toda vida rota que llega, recibiendo su totalidad con amor. 

“Nuestro trabajo se apoya sobre tres pilares: presencia, cercanía y vínculo. Estar, estar cerca y estar cerca de una manera amorosa. Queremos que se sientan queridos, abrazados, valorados, que recuperen su dignidad y seguridad en sí mismos. Queremos sentir en el corazón de otro”, remarca Argüello. 

La Casa de Juan Diego es un centro de día que cobija diariamente a personas en situación de calle y en consumo problemático de sustancias. A través de un abordaje integral y comunitario, teniendo en cuenta la historia de vida y el recorrido que viene haciendo cada persona en los diferentes aspectos de la vida, la “Casita” busca acompañar la lucha diaria por sus derechos. Acompañar en el trámite de DNI, ofrecer que terminen la escuela en el aula radial que funciona en nuestro centro, hacer contacto con centros de salud u hospitales, dar hogar a familias, brindar espacios de entrenamiento laboral y brindar desayuno, mercadería y almuerzo, éstas son algunas de las muchas actividades que realiza el equipo. 

“Es hermoso que la gente mire la calidad del producto, que te pregunten ¿cómo está hecho? ¿quién lo hizo? ¿cuánto tiempo te llevó hacerlo? Es lindo venir a distraerme, estar con las chicas, aprender cosas nuevas, compartir y hacer algo con las manos. Lupita me ayudó en mi economía, es un ingreso más. También puedo traer a mi bebé, está seguro acá. Lupita y la Casita me impulsan a seguir aprendiendo más cosas, para después, el día mañana, pueda tener una salida laboral e independizarme”, relata Marisel. 

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Animate a sumar

Desde la Universidad Católica de Santa Fe, se resalta el valor de ponerse en posición de entrega y servicio, incluso en las situaciones más complejas, y brindar desde lo pequeño un sentido de comunidad y oportunidad. Al igual que en la Casa, donde se colocaron estanterías con los materiales, la Librería UCSF expone en su vidriera los coloridos productos. 

Frente a la capilla universitaria, podrán encontrar mates, marcos de fotos, organizadores, tabletas de picada, cuencos, macetas, cuneros, entre otros. Todas las ganancias recaudadas en las compras van directamente al emprendimiento.  

Para conocer más del proyecto y encargar productos de manera particular, comunicarse a través de las redes sociales de Lupita, Instagram: proyecto.lupita. También puede ser de ayuda para el emprendimiento la donación de materiales a través de las redes sociales de la Casa. Instagram: casajuandiego. Correo electrónico: lacasadejuandiego@gmail.com. Teléfono: 3426 11-3628

 

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