Profesor de la UCSF obtiene el Erasmus Prize for the Liberal Arts and Sciences 2020

Desde la antigüedad, el hombre se ha preguntado sobre el misterio de la muerte. En su búsqueda por descubrir el significado de su muerte, esperaba descubrir la explicación de su vida. Así nos introduce el Dr. Sergio Götte a su investigación “La determinación de la muerte en el debate neuroético actual” que se convirtió en el Premio Erasmus Prize for the Liberal Arts and Sciences 2020.

Este reconocimiento lo otorga la Albert-Ludwigs-Universität Freiburg de Alemania. El Premio Erasmus de Artes y Ciencias Liberales, financiado por la Sparkasse Freiburg-Nördlicher Breisgau, distingue los trabajos científicos que son ejemplares en su perspectiva interdisciplinaria y contribuyen de manera sustancial a unir las disciplinas académicas, como las ciencias naturales y las humanidades. El Premio Erasmus se otorga desde 2013 y tiene dos rubros de premiación: mejor tesis doctoral/post-doctoral y mejor tesis de Maestría.

Es una gran alegría recibir un premio de una universidad tan prestigiosa como la Universidad de Friburgo en Alemania -resalta Götte- donde han estado grandes figuras del pensamiento por ejemplo del siglo 20 como Edith Stein, Martin Heidegger, Hannah Arendt. Realmente haber podido estudiar allí y sumarme a esa a esa gran tradición es una gran alegría.”

Y junto con la alegría, la sorpresa ante lo inesperado del reconocimiento, “porque normalmente el premio lo han recibido estudiantes alemanes o europeos” apunta Götte, docente de la UCSF en la Facultad de Ciencias de la Salud, y continúa “significa realmente la conclusión de un tiempo sumamente positivo y rico en experiencia de estudio en Alemania”.

Pero junto con el cierre de un ciclo, comienzan a abrirse nuevos desafíos, “un primer sí siempre es un aliento a seguir profundizando, cuando uno hace una investigación va abriendo muchas puertas, quedan muchas preguntas planteadas para futuras investigaciones, seguir pensando las preguntas que van surgiendo un poco en esa línea”. En este sentido, el desarrollo de los estudios en Argentina todavía representan un desafío, “aquí entre nosotros uno siempre se encuentra con la expresión está todo por hacer, las posibilidades son infinitas. Y es muy positivo porque hay realmente una gran apertura, un gran deseo de generar algo nuevo, de establecer nuevos puentes”.

Desde el Instituto de Bioética de la UCSF se realizó un seminario para comenzar a alentar en la investigación en esta línea, con gran aceptación e interés. Y es que si todo está por hacerse “estamos todavía muy al comienzo, entonces hay realmente un largo camino por recorrer. Creo que aquí la conciencia ética ha crecido muchísimo, pero todavía queda mucho por hacer, en ámbitos no sólo de la investigación sino, por ejemplo, en la política, en nuestra sociedad. Hay realmente todavía un largo camino que hacer para ayudar a que crezca esta conciencia ética y que esta manera podamos construir una mejor sociedad”.

La determinación de la muerte en el debate neuroético actual

Este es el título de la investigación de Segio Götte que le valió el Premio Erasmus Prize for the Liberal Arts and Sciences 2020.

Entre la principales conclusiones a la que arribó, se destacan:

“La muerte cerebral indica la muerte humana. Las discusiones sobre la muerte cerebral resaltan la complejidad de la muerte y los diversos factores neurobiológicos y filosóficos a tener en cuenta.

“La muerte cerebral no se basa en una concepción dualista del ser humano, sino en una imagen integral del hombre como una unidad alma-cuerpo centrada en sí misma, una totalidad, en la que el cerebro juega un papel inalienable. Aunque diferentes órganos contribuyen a mantener el organismo como un todo, estos órganos forman un todo integrado sólo por la actividad del cerebro. Por lo tanto, la muerte cerebral puede verse como el cese de la instancia central de conducción sin cuyo funcionamiento ya no hay existencia humana.

“Esa unidad no puede ser restaurada en el cuerpo de un hombre con muerte cerebral ni por la acción integradora rudimentaria de otros órganos en ese estado ni por medio del soporte mecánico del exterior. Por lo tanto, la muerte encefálica es un criterio médico válido para establecer el fin de la vida del organismo y respalda efectivamente una teoría moral compatible como marco para prácticas clínicas admisibles y políticas públicas sobre cuándo declarar la muerte.

“En consecuencia, la muerte cerebral no es solo un criterio para la extracción de órganos, sino también y sobre todo para la verificación de la muerte. El término “muerte cerebral” puede ser engañoso, porque puede implicar erróneamente que solo el cerebro ha muerto y no el ser humano o que existe más de un tipo de muerte, más bien que más de una forma de determinar la muerte. Sin embargo, los intentos de reemplazar la “muerte cerebral” con otros nombres pueden ser insatisfactorios y generar más confusión pública sobre su significado. Para un uso correcto, la educación pública sobre las diferencias entre la muerte cerebral total y condiciones como “coma” o “estado vegetativo persistente” es esencial (sobre todo, en el contexto de la donación de órganos) para aumentar el conocimiento público sobre la definición y el diagnóstico de muerte.”

Sergio Götte

Sacerdote del Clero Diocesano de la Arquidiócesis de Paraná

Doctor en Filosofía con especialización en Bioética. ALBERT LUDWIG FREIBURGER UNIVERSITÄT, Alemania, 2019.

Diplomatura en Bioética Clínica Integral – Universidad CAECE (Buenos Aires), en 2015.

Maestría En Ética Biomédica – Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, en 2014

Bachillerato en Teología – Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, en 2008.

Profesorado en Ciencias Sagradas, por Instituto Superior de Formación Docente D104 “Nuestra Señora del Cenáculo” (Don Bosco 2551 – Paraná), en 2008.



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