La Agenda 2030 de la ONU: ¿nos sigue interpelando?

Atendiendo a la convocatoria de Naciones Unidas a las organizaciones de la sociedad civil, las empresas privadas, los sindicatos y las universidades, para enfrentar los grandes desafíos que tiene la humanidad y el planeta; el Instituto de Gobierno y Ciudadanía de la Universidad Católica de Santa Fe busca generar un espacio de análisis y aplicación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En este sentido, el Instituto viene realizando un trabajo de relevamiento y sistematización de publicaciones y experiencias realizadas sobre la Agenda 2030 con el objeto de difundir a la comunidad universitaria y a la ciudadanía en general, documentos, análisis y reflexiones relacionadas con la misma. El presente artículo, forma parte de esta tarea, en el marco de la actual crisis mundial por la pandemia del coronavirus Covid-19.

Este año 2020 que estamos transitando, es el inicio de una década que se presenta como decisiva para los grandes desafíos que se plantearon al generarse en el año 2015 la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En un panorama en el que se observan más declaraciones formales que reacciones categóricas por parte de una gran cantidad de gobiernos, quedan por delante estos 10 años para cumplimentar los ODS; hoja de ruta signada por 198 países en el marco de las Naciones Unidas.

Frente a la problemática de altísima complejidad que presenta el planeta en estos momentos, la Agenda 2030 sigue exhibiéndose como una contundente convocatoria

para reconducir al mundo frente a posibles catástrofes planetarias que cada día presentan nuevas evidencias.

A la continuidad en la lucha para eliminar la Pobreza (ODS 1) y poner fin al Hambre (ODS 2), se suma el drama de la pandemia de alcance global provocado el COVID 19, que puede enmarcarse en el tercero de los ODS: Salud y Bienestar. Agregado a los desafíos que presentan estos tres objetivos citados, se destaca el problema del cambio climático.

En un contexto en el que investigadores, científicos y prácticamente la mayoría de los gobiernos acuerdan en que el mundo está ante una crisis ambiental sin precedentes, con un gran número de especies al borde de la extinción y temperaturas globales en aumento, el calentamiento global se plantea como una prueba de fuego a superar. Del éxito en su cometido dependerá la vida en nuestro planeta.

Debido al carácter esperanzado y amplio de las aspiraciones expresadas en ella, la Agenda 2030 se erige en un enorme desafío para los estados miembros de la ONU, a la par de presentarse como una gran oportunidad para que los gobiernos, en sus distintos niveles, junto al sector privado y a las organizaciones de la sociedad civil, procuren alinear  sus esfuerzos en torno a sus actividades de planificación e implementación de políticas públicas.

Los consensos para generar planes y programas que aborden los problemas sociales, económicos y ambientales son apremiantes y resultarán decisivos para el logro de una estrategia integral, tanto a nivel global como al interior de los países. En idéntico sentido, se trata de un requisito que se debe trasladar en estos momentos a la lucha contra el COVID 19 que ha desatado una crisis sanitaria y humanitaria sin precedentes.

Dicha estrategia integral deberá coordinar eficazmente los esfuerzos en pos de generar una nueva dinámica de trabajo intersectorial e interjurisdiccional, poniendo en tensión las potencialidades de los tres sectores: estado, mercado y sociedad civil, en un obligado tránsito mancomunado hacia estrategias de desarrollo incluyentes y sostenibles.

Los ODS y metas de la Agenda 2030 son universales y se aspira a aplicarlos en todo el planeta, tanto en países desarrollados como en los que siguen en vías de desarrollo, ya que su carácter integrado e indivisible conjugan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: la social, la ambiental y la económica. Todos los países los aceptaron y, respetando sus particularidades nacionales, se aspira que los apliquen considerando sus diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo.

Es por ello que continúan interpelándonos y presentándose como enormes desafíos de largo alcance temporal, requiriendo la construcción de alianzas entre actores diversos para sumar capacidades, recursos y experiencias.

El fortalecimiento de la capacidad de interlocución entre los actores ya mencionados, la concreción de acuerdos entre sectores y la puesta en marcha de planes con una efectiva implementación de propuestas que apunten a alcanzar lo planteado por cada ODS, siguen estando en la columna del “debe” en la gran mayoría de los países signatarios de la Agenda.

 

Por Mgter. Lic. Eduardo N. Kinen, director del Instituto de Gobierno y Ciudadanía

Publicado en diario El Litoral https://m.ellitoral.com/index.php/id_um/238144-la-agenda-2030-de-la-onu-nos-sigue-interpelando-por-mgter-lic-eduardo-n-kinen-opinion.html

 



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